Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Cada día su afán José-Román Flecha Andrés

Los medios informativos nos asoman todos los días al espectáculo de la muerte. Vivimos en un mundo en el que la muerte no sólo es trivializada cada día sino también convertida en espectáculo. Las cadenas de televisión y los modernos videojuegos presentan cada momento los mil rostros de la muerte.

Esta observación podría parecer exagerada. Para sostenerla, basta girar la cabeza para hacer un breve recuento de los escenarios de muerte que se extienden por el mundo. Ahí están las guerras, los conflictos raciales y el terrorismo internacional, los choques entre las mafias o los ajustes de cuentas entre los narcotraficantes, el drama del hambre y de las grandes epidemias, la violencia doméstica, el abuso del alcohol y las imprudencias en la conducción de vehículos, suicidios y asesinatos.

Y como si hubiera prisa por aumentar el impuesto que hay que pagar a la muerte, se extienden por todo el mundo las normas que legalizan la destrucción de los niños todavía no nacidos mientras se proyectan medidas para despenalizar la eutanasia bajo la apariencia de la compasión hacia los enfermos terminales.

Ante este panorama de horror y de luto no podemos quedar impasibles en nuestra cómoda pereza satisfecha. En su carta encíclica sobre «El Evangelio de la vida», ya el papa Juan Pablo II nos decía que estamos llamados a ser «el pueblo de la vida».

La fiesta del Nacimiento de Jesús nos invita a meditar una vez más sobre la importancia de toda vida humana, incluida la más desprotegida. El Hijo de Dios adoptó nuestra suerte, que le haría al fin solidario con nuestra muerte. La preparación para acoger su nacimiento nos invita a unirnos en la oración para contemplar el don y el misterio de su vida y de la nuestra.

Al comenzar el tiempo de Adviento, que nos prepara para la Navidad, el Papa Benedicto XVI presidirá el sábado 27 de noviembre, en la basílica de San Pedro, las primeras vísperas del domingo y una vigilia de oración por la vida naciente.

Pero la comunidad de los creyentes no quiere dejar solo a su Pastor. La iniciativa de su oración por la vida naciente irá acompañada por todas las Iglesias particulares. El Papa ha recomendado que las parroquias, las comunidades religiosas, las asociaciones y todos los movimientos de fieles organicen en cada lugar una celebración por la vida.

El domingo 14 de noviembre, a la hora del rezo del Ángelus, el Papa motivaba así esta iniciativa: «El tiempo de preparación a la Santa Navidad es un momento propicio para invocar la protección divina sobre todo ser humano llamado a la existencia, también como agradecimiento a Dios por el don de la vida recibido de nuestros padres».

Es cierto que la oración sola no basta para cambiar las estructuras de pecado. A la oración ha de seguir el compromiso de la acción. Pero es necesario pedir a Dios la luz y la fuerza necesarias para amar y defender la vida que Él nos da y confía a nuestra responsabilidad.

tracking