Carraca de rana

S onaban las charcas hace tiempo en las noches de meneo con carraca de rana. Era su orquestina de verano bajo el foco de la luna. Había ranas hasta en los charcones del páramo irredento... pero los que no cegaron con vertidos y cascotes están mudos hoy, muda la orilla ranera de los ríos de ribera, mudos los carrizales, mudas las presas y acequias... ¿dónde se han ido todas aquellas ranas?... la verdiparda zancarrona, la verdina de san Antón, la patilarga, la cantábrica... ¿dónde se han ido hace ya tanto tiempo?...

Pues se fueron... muriendo, se fueron... cegando su casa, se fueron... arrasado su humedal por hacerlo chopera o área municipal recreativa, se fueron... desahuciadas de su sitio por el ingeniero con cabeza de tubería, faja de cemento y pisotón de cartabón.

Los niños de la ciudad sólo han visto ranas en la tele y alguno piensa que todas se llaman Gustavo, nombre más propio de sapo, salvo que fuera transexual, que cabría. Podrían ver ranas hoy los críos en los estanques de los jardines públicos, pero eso es demasiada sutileza o imaginación para la mente de podadera que exhibe el servicio municipal de floripondios. ¿Cómo explicarles que hubo un tiempo en que las ranas cantaban en sus «cantarranas» de El Ejido, en San Mamés, en las Eras de Renueva, en todo Papalaguinda, en Puente Castro donde más, en SantAna y hasta en Cantamilanos, que está en todo lo alto, donde los cuarteles les tocaban cornetazos de silencio que las enervaban aún más?...

Cuando El Chepa, artista de la hojalata estañada en el barrio de San Esteban, se plantaba en las charqueras de Cimanes del Tejar con su varal de cuatro metros, pescaba doscientas o trescientas ranas sin moverse del sitio... lo mismo que los raneros de todo el Órbigo bajo que volcaban sus fardeladas de ancas en casa Boño y en los altares bañezanos donde se veneraba este plato que hoy sabe a chino, pues de allí vienen las ancas (y al ranero de Vidriales le empuraron con tantas multas los civiles, que ha debido hacerse a la vejez hojalatero).

¿Dónde se fueron las ranas?... Alguno le echa la culpa a la creciente colonia de cigüeñas, pero donde arrasa el ingeniero poco pica una zancuda.