Guardias civiles piden una investigación a fondo del accidente de Froilán con una escopeta

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritaria en este cuerpo pide "un estudio serio" sobre el accidente con una arma sufrido por Felipe Juan Froilán, nieto del Rey. Según estos guardias civiles, el padre de Froilán, Jaime de Marichalar, debe ser tratado en este asunto como "un ciudadano más" y han pedido que se cumpla la ley, "como con todos los españoles". En este sentido, Juan Antonio Delgado, portavoz de la AUGC, reclama que Marichalar sea sancionado si ha cometido alguna irregularidad al no impedir que su hijo manipulara un arma.

De acuerdo con los datos que se conocen hasta el momento, el incidente con un arma sufrido por Froilán tuvo lugar en presencia de su padre. La legislación prohíbe el uso de armas a menores de 14 años y desde esa edad y hasta 18 hace falta una licencia especial y supervisión paterna. Incumplir estos requisitos puede conllevar una multa de 300 a 3.000 euros.

Delgado, en declaraciones a la agencia de noticias Servimedia, se refiere a este asunto debido a que es la Benemérita la que tiene la competencia sobre el control de armas y explosivos. Entre sus atribuciones, este cuerpo tiene las de controlar el uso de armas reglamentarias y denunciar cualquier acción que ponga en peligro la seguridad ciudadana.

"Dejar un arma al alcance de un niño es una brutalidad"

A este respecto, el portavoz de la AUGC, añade que es una "brutalidad" dejar el arma al alcance en una casa si hay niños. Al mismo tiempo, con respecto al accidente sufrido por Froilán, el portavoz pide que se aclare y se determine si Jaime de Marichalar ha tenido una responsabilidad como padre. Por este motivo, reclama un "informe serio" de lo ocurrido con el nieto del Rey.

Este representante de los guardias civiles asegura que hay una serie de medidas que uno tiene que tomar "primero porque son exigibles y, después, porque son de sentido común". También ha querido destacar el hecho de que los guardias civiles llevan diariamente su arma a casa y tienen precauciones para evitar que las toquen sus hijos. Esto hace, por ejemplo, que los agentes pongan en un sitio la pistola y en otra el cargador.