El buen pastor

Toda la cultura judía está muy ligada al cordero. Es su carne de fiesta y rito; lo pide la Pascua; es emblema (y manteca fina si se asa a la samaritana , escarbando el suelo y enterrándolo entre brasas). Y como Jesús era judío, le titularon Cordero de Dios , aunque también Buen Pastor , cosa que confunde al pagano que entiende mal lo de ser a la vez esquila y cayado.

Sin embargo, como decía don Fidelio, ambas categorías son teológicamente compatibles al dejarse sacrificar como cordero pascual y conducirnos como guía... en fin, le creíamos porque era un hombre bueno, aunque Rufino, natural de la Babia alta, se negó siempre a entender que alguien pudiera ser a la vez oveja y rabadán... si lo sabría él, que su padre empezó de pastor en la vecera y acabó de mayoral para el marqués de La Albaida, aunque reconocía que también su padre tenía cierta cara de carnero, todo hay que decirlo.

Venía esto a cuento de un pastor que me conmueve cada vez que le escucho en el programa dominical de Montserrat Domínguez, en la Ser . No le pongo cara al Eugenio de su nombre, pero le asoma el hombre bueno de rastrojera pucelana, un tipo curioso y feliz pegado al hervor de la tierra y a sus ciclos, alegremente condenado a la soledad ovejera y, sin embargo, muy al tanto de lo que ocurre en el mundo. Es listo como el hambre y su voz suena sincera y doctora en lo suyo. Escúchale si puedes, tiene bondad pastora y alegre conformidad con su suerte. Le imagino todo el día con la radio en la oreja, hábil con la navajina de cascar pezuñas (o tallar cachas) y hasta con caligrafía de secretario judicial, como la del pastor Jerónimo, de Garfín, que me mandaba largas cartas a la emisora que parecían hojas arrancadas de un libro de actas.

Siempre hubo pastores con ganas de saber... ¡y pastoras!, como aquella niña de Navafría que estudiaba arreando ovejas o sentada en los banzos. Aunque si buscas un pastor poeta, se oyen las cabras de Miguel Hernández, al que ahora le han apeado de una calle a su nombre en un pueblón de Granada porque el alcalde popular debió considerar que no es pastor merecedor de que su rebaño y la gente le recuerden ahí.

En la tierra que mató a Lorca ¿es que late todavía la sangre incivil?... Sí.