Fidel y el meneo

Trasero al cielo, cadera repicando, calentón servido que pide galladura a cada paso en este baile... es el reggae-town ... el reguetón, reggae latino, caribeño, obsesivo en toda discoteca, qué turra, qué baile... ozú, qué caló... que se lo digan a Fidel Castro en sus postrimerías o a su hermano en el gobierno... les indigna y subleva esta forma de bailar tan obscena, extranjera y degradante... y su régimen va a limitar por ley el reguetón en espacios públicos y estatales, o sea, van a prohibirlo (lo mejor para excitarlo).

Dan sus razones en Gramma , el diario oficial: Sus textos son agresivos, sexualmente explícitos, obscenos, tergiversan la sensualidad consustancial a la mujer cubana, proyectándola como grotescos objetos sexuales en un entorno gestual aún más grotesco y se amparan en una pretendida búsqueda de contemporaneidad mediante la ruptura de códigos dogmáticos y elitistas .

Vale, Rouco también firma.

Y yo también firmaría si perdiera los papeles que cuentan cómo el hombre inventó el baile ritualizando los gestos del amor o de la guerra, la danza nupcial animal o la pelea tribal... y esa representación y ese meneo no han dejado de latir (o arder) en los bailes de todo tiempo, todo lugar y toda cultura, aunque los más civilizados pasaron del taparrabos al velo de Salomé o aprendieron a bailar sueltos ritualizando las ganas, que siguen siendo hoy las mismas... y un ciento más, aunque bailen un decentísimo vals la zorra de la condesa de Montelavirgen y un rijoso general de Zapadores.

El reguetón ofende por hacer lo mismo, pero a la cara, sin la viciosa hipocresía de los «bailes castos», aunque es cierto que la gestualidad animal de algunos reguebailarines es tan soez y babosa, que al espectador le repugna, se abochorna... o efectivamente babea.

Lo mismo se dijo del tango, carnal obscenidad ; hubo autoridades eclesiásticas que lo prohibieron por ser de arrabal y sobrarle putas, ateos y pendencias... y en suburbios de Jamaica o Panamá nació décadas después el reguetón... ah, pero el tango lo acabaría bailando hasta el archiduque de Austria... ¿y?... que el reguetón escandaloso que hoy prohibe Fidel ya hace furor en las galas benéficas de Montecarlo.