Diario de León
Publicado por
ROSA VILLACASTÍN
León

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Se ha cumplido el 15 aniversario de la muerte de Antonio Herrero, el tiempo suficiente para rendir homenaje a un periodista que llevaba la profesión en los genes —su padre fue director de la agencia Europa Press, y maestro de periodistas—, de ahí que su hijo pronto se abriera camino, primero como reportero y después como conductor de El primero de la mañana , de la desaparecida Antena 3 Radio, donde tuve ocasión de trabajar codo a codo con él, y con otros grandes del periodismo y la política como Manuel Martín Ferrand, Santiago Amón, José María García, Luis Herrero, Federico Jiménez Losantos, Amando de Miguel, Pedro J. Ramirez, Miguel Herrero de Miñón, Santiago Carrillo y Ernest Lluch, la mayoría de los cuáles estuvieron en el homenaje organizado por Cristina Peker, su viuda, su compañera, su cómplice, y por sus hijos Antonio, Carlos, Alvaro, Cristina y Lucas, en la Facultad de Ciencias de la Información, de la Complutense de Madrid.

Un homenaje muy merecido en el que amigos y colaboradores fueron trazando un retrato muy certero de Antonio Herrero, que era un hombre apasionado, que se bebía la vida a grandes sorbos, bien fuera delante del micrófono, cazando, o disfrutando de su familia, con aspecto de «niño terrible de las ondas», muy exigente y crítico con el poder establecido, tanto de la izquierda como de la derecha. Una posición que le valió la animadversión de Felipe González y José María Aznar.

Resultó muy ilustrativa una entrevista que le hicieron a Antonio días antes de morir, en la que hablaba de las presiones que recibía a diario por parte de quienes pretendían cerrarle la boca. Pero más interesante aún fue contemplar la cara de emoción de sus hijos, al descubrir facetas de su padre que desconocían ya que Antonio murió siendo ellos muy pequeños. Al final del acto los alumnos que acudieron al homenaje aplaudieron a rabiar a un profesional que muchos no llegaron a conocer, pero del que nos queda una filosofía de vida basada en el vive y deja vivir, y una forma de ejercer el periodismo que desgraciadamente ya no se estila.

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