Diario de León

El ‘maquetista-maquinista’

La Catedral se eleva de nuevo

Luis García López prepara en su taller una espectacular maqueta de la ‘Pulchra’ y de su entorno urbano con una Puerta Obispo ‘de quita y pon’.

El artesano Luis García con su reproducción de la Catedral, proyecto que le llevará dos años más de trabajo.

El artesano Luis García con su reproducción de la Catedral, proyecto que le llevará dos años más de trabajo.

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E. GANCEDO | LEÓN
León

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Resulta todo un espectáculo ver trabajar a Luis García. Un espectáculo pausado y pacientísimo, eso sí, sólo apto para gente sin prisas, pero también exhaustivo y minucioso, apoyado en decenas de planos, cartografías e imágenes antiguas y modernas. Una paciencia que sin duda necesita porque la nueva labor que este leonés tiene entre manos es realmente ambiciosa: en su taller capitalino, en un rincón de la Palomera, se eleva de nuevo la Pulchra Leonina. Pero esta vez, en lugar de piedras y tejas, con madera, plásticos, polietileno y metacrilato para las vidrieras. La Catedral y todo su entorno —la plaza de Regla y parte de las calles que a ella confluyen, Ancha, Pablo Flórez, Cardenal Landázuri, Domínguez Berrueta, Paloma, San Pedro...— está cobrando volumen a escala y el ciudadano curioso, convertido en gigante, puede contemplar en ella un inédito paisaje de patios, pasadizos y azoteas por lo general vedado a la vista cotidiana.

Este nuevo empeño mantiene ocupado a García desde hace año y medio, y prevé emplear en él, al menos, otros dos. Papón de pro, fue también el creador de la Plaza Mayor con toda la procesión del Encuentro (13.000 figuras, 30.000 tejas hechas a mano) y ahora se afana en reflejar el epicentro de León con la popular Despedida desplegada a cargo de la cofradía del Cristo del Gran Poder. Además, otra de las particularidades con las que contará la maqueta será una reproducción de Puerta Obispo, construcción gótica que unía el templo con el palacio episcopal y que fue derribada en 1910. «Se podrá quitar y poner para que la gente vea cómo era ese monumento», avanza este apasionado del patrimonio leonés, otro de cuyos sueños es levantar a escala la plaza de San Isidoro y varios edificios desaparecidos (y añorados) de la ciudad. Y así, ya construyó y expuso un Colegio de los Agustinos con el que suspiraron muchos antiguos alumnos. García, que iba para delineante y hoy es maquinista de tren, supo, al ver esas lágrimas, que todas aquellas horas de trabajo bien habían valido la pena.

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