Diario de León

Los gases de efecto invernadero en cotas preocupantes

Según los investigadores sus niveles son los más altos de los últimos 800.000 años .

Los vehículos producen gases de efecto invernadero.

Los vehículos producen gases de efecto invernadero.

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r. d. g. l. | sta. cruz de tenerife
León

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Los niveles de los gases de efecto invernadero bien mezclados más importantes, que son dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), son los más altos de los últimos 800.000 años, afirmó el físico Ángel Gómez, del Observatorio Atmosférico de Izaña, en Tenerife.

El estudio de los niveles de los gases de efecto invernadero, que comenzaron en Hawai en los años cincuenta del siglo pasado, se realiza también en Tenerife desde 1984, y en cuanto a los datos relativos a antes de esa fecha, se conocen al estudiar las burbujas de aire atrapadas en el hielo de La Antártida y Groenlandia, explicó Gómez.

El efecto invernadero siempre ha existido pero aumenta desde la revolución industrial, señaló Ángel Gómez, de la Agencia Estatal de Meteorología, quien añadió que con ese incremento se produce en la superficie terrestre una subida de temperatura, que es lenta porque el agua profunda de los océanos tarda mucho en calentar.

Los gases de efecto invernadero en Izaña se miden todos los días del año, y si bien el óxido nitroso y el hexafluoruro de azufre (SF6) se estudian desde 2007, el metano y el dióxido de carbono se analizan desde 1984.

Gómez explicó que el monóxido de carbono (CO) no es un gas de efecto invernadero, pero influye en la química del metano, que sí lo es, de forma que si hay más del primero hay algo más del segundo.

El monóxido de carbono y el metano tienen una vida relativamente corta en la atmósfera, pues el primero permanece en ella pocos meses y el segundo unos nueve años, mientras que el dióxido de carbono se mantiene durante cientos de años, el óxido nitroso unos 120 y el hexafluoruro de azufre en torno a 3.200 años.

La diferencia entre ambos tipos de gases es importante, pues para los primeros se puede alcanzar un equilibrio entre emisión y destrucción, en cuyo caso la concentración del gas permanecería constante en la atmósfera, mientras que para los segundos la concentración del gas continúa creciendo mientras haya emisiones.

La concentración depende de factores meteorológicos complejos como temperatura, viento, localización de las borrascas y anticiclones.

Este gas desaparece de la atmósfera mediante su condensación en forma de agua líquida en nubes, que es devuelta a la superficie terrestre como lluvia.

Por ello, el impacto del vapor de agua en el incremento del efecto invernadero se tiene en cuenta en forma de retroalimentación: el aumento de los gases de efecto invernadero bien mezclados, aumenta la temperatura de la baja atmósfera, y este incremento de temperatura permite que una mayor cantidad de vapor de agua pueda permanecer en la atmósfera.

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