«El nuevo fármaco me ha curado la hepatitis C»

Carmen Tapia | león

Doce semanas de tratamiento han sido suficientes para limpiar el rastro del virus de la hepatitis C a 165 leoneses. Son los salvados por los caros medicamentos de última generación que, según el hepatólogo del Hospital de León y jefe del servicio de Digestivo, Francisco Jorquera, «han supuesto un hito poco frecuente en medicina». Sovaldi (cuyo principio activo es Sofosguvir) y otros tratamientos de última generación libres de Interferón ha curado al 96% de los 172 pacientes que han terminado con la terapia en León. Otros 216 están actualmente en el proceso de curación. «Todos los que están en el grupo de riesgo reciben en León el tratamiento», asegura Jorquera.

Ángel Fuertes recibió la noticia de su curación completa el pasado jueves. Tiene 42 años y la enfermedad estaba en su sangre desde que nació. No sabe cómo pudo contraer el virus pero a lo largo de su vida ya ha probado cuatro terapias distintas sin ningún éxito. Con 20 años comenzó con el Interferón «pero la carga viral me bajó muy poquito». Después los médicos probaron con Interferón y Ribavirina «pero tampoco tuvo el éxito esperado». La tercera terapia fue una combinación de Interferón, Ribavirina y Telaprevir «que también curaban pero no en tal alto porcentaje como los de ahora». Lejos de desaparecer el virus se hizo resistente. «Mutó y hace un año tenía más carga viral que nunca». El 14 de marzo de 2015 los especialistas del Hospital de León comenzaron con el nuevo tratamiento y, por primera vez, está libre del virus.

Ángel Fuertes respira ahora aliviado pero su cura viene precedida por la reivindicación de la universalidad para todos los pacientes con hepatitis C. «Cuando el médico me dijo que estaba curado sentí alivio y, a continuación, tristeza porque mucha gente sigue esperando y seguiremos luchando en diferentes frentes para que todos los afectados puedan tener la medicación porque tiene que llegar a todos los que tienen problemas». Entre ellos está el colectivo de presidiarios. Las nuevas terapias sólo llegan al 23% de la población reclusa.

La alegría de Ángel (no puede reprimir las lágrimas mientras cuenta su historia) contrasta con los pacientes que todavía no tienen acceso al no estar en el grupo de riesgo que establece un comité de expertos. La nueva medicación es cara. Cuesta 20.000 euros por paciente, aunque a medida que se tratan más enfermos el medicamento baja de precio. «Hay escalones de descuento», explica Jorquera. «El gasto para los nuevos pacientes es ahora de 16.000 euros y llegaremos a los 10.000. Es uno de los tratamientos con mejor relación coste-beneficio». En León se han curado el 96% de los pacientes tratados. «Sólo siete no han respondido bien y las causas pueden ser variadas, pero lo que consiguen estos tratamientos es inaudito en medicina». Y lo más importante, sin efectos secundarios.

«Ahora vuelvo a ser la misma lagartija de siempre», explica, y se considera, como el resto de los curados, «cobayas porque no sabemos los efectos de esta medicación a largo plazo».