Otra estatua

Madrid quiere hacerle estatua al soldado republicano, que a estas alturas de la historia incivil aún no tuvo quien le escribiera una escultura. Ya era hora, dicen unos. Ya estamos abriendo trincheras, dicen otros. Y el gran bulto no dice nada, le resulta asunto ocioso.

No soy nada amigo de estatuas, pero entre tanto bosque de ellas es natural que cada cual quiera meter la suya, erigir sus honras en ecuestre o en efigie, en obelisco triunfal o en peana de plazoleta. En fin, es manía que viene desde que el hombre inventó los ídolos. Pero ya se encargarán después las palomas de venir a cagarse en tanto orgullo, se consuela Sócrates.

Sin embargo, hay no poca gente que merece recordarnos en piedra, bronce o chapa que existieron, que hicieron algo grande por los suyos, algo noble por los otros o algo inteligente por todos sin que a nadie nos mueva a curiosidad el qué o el cómo lo hicieron cada vez que les vemos en su plaza, en su jardín, en su rotonda... no, las estatuas de rotonda sí nos mueven a preguntar quién fue el mamón que cobró a millón cada metro de mal gusto y cuánta manteca fue de comisión.

No me gustan las «estautas», que dice uno de Robledo; creo que de noche hay algunas que se mueven. Además, sus caras malamente son las del personaje que dice al pie... o directamente se inventan si no hay retratos del tipo... ¿de qué baraja sacaron los retratos de los reyes leoneses que luce el ayuntamiento?, ¿en qué se parece a Gaudí ese tipo que sentaron en Botines a dibujar planos que aún no acaba porque nació como Leopoldo Alas escritor?, ¿tenían las infantas leonesas esa cara huevo que muestra el trío de bronce que mira a la torre de San Isidoro?...

Se supone que el monumento al soldado republicano de Madrid no podrá ser estatua, porque ¿qué poner: un soldado profesional o un reclutado/voluntario/brigadista... un capitán Lozano o un miliciano civil?, considerando que también cabría el arrojado anarquista de la Columna Durruti. En justicia, no habrá sitio para tantos en el estaribel, de modo que no habrá estatua... y que se jodan las palomas.