Irritable idiota

Cuando el mar de fondo faena, las olas pierden su poesía y se tiran a morder... es lo que pasa en esta marejada española que pone en deriva al pueblo de acera: naufragio socialista de la rosa y del capullo, resaca popular de encuestas guapas y banquillos feos, galerna independentista que se hace dueña de la pista, alboroto podemista y líos de líderes, marea muerta del cituayán avistando su cuesta abajo... pero las olas no son el mar, sino sus rizos, la pelambre de un gigante escondido... y desconocido por la inmensa mayoría... porque el mar, todo el mar, está debajo de esas olas, aunque nos gusta la simpleza de creer que sólo lo que vemos es el mar («El mar, la mar, qué bello tema para hablar: participe en los concursos literarios de la Virgen del Carmen»).

La cosa es que todo este año un mar de dudas vino castigando el litoral de la razón hasta labrar este acantilado de impaciencia y crispación... andan todos susceptibles, irritables y pesaditos, viéndolas venir y sabiendo cómo vienen: los de Colau, sacando a pasear a Franco decapitado en caballito para alegrar a los hueveros... los valencianos, añadiendo tirabuzón catalán al rodete de sus falleras y talle de butifarra al palo de su senyera (ese «trapo» que le costó el puesto a una dirigente che de C’s)... los katxorros de Alsasua atizando a txakurras de paisano para recordar lo bien que se lo pasaban con la kale borroka (cuánta nostalgia)... los podemistas discutiendo si han de saludarse con la uve de victoria o con el puño en el ojo... los unos apeando a legionarios del callejero y los otros llamando masculinamente a una cabra Millán Astray (¿llamarán Josefina al cabrón?)... y los socialistas, averiguándose el sexo a estas alturas... qué bien nos lo pasamos los españoles cuando, a falta de ideas (lo habitual), nos ponemos a discutir por los símbolos (lo normal) o a pelear por chorradas, ahí lo damos todo... y Federico el zapatero pregunta por qué sólo perrean en esas batallas, si lo grave es que Europa nos desplumará el próximo año cinco mil millones más de lo que ya nos despluma... insaciables... este es un país de idiotas irritables, añade.