Diario de León

Expertos en muy malas noticias

El 112 y el Colegio de Psicólogos coordinan desde León a setenta especialistas en dar muy malas noticias. Con Vicente Martín a la cabeza, doce profesionales de León participan en un operativo que desde su creación, tras los atentados de Atocha, han ayudado a un millar de personas a pasar el duelo..

Arriba: Leticia Santiago Geras, Tania Paz Ramos, Ricardo González Sadia. Abajo: Jésica Marqués Ares, Ana Fernández González, María Nieves Arias y Vicente Martín, especialistas en la atención a las víctimas en emergencias y catástrofes MARCIANO

Arriba: Leticia Santiago Geras, Tania Paz Ramos, Ricardo González Sadia. Abajo: Jésica Marqués Ares, Ana Fernández González, María Nieves Arias y Vicente Martín, especialistas en la atención a las víctimas en emergencias y catástrofes MARCIANO

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carmen tapia | león

«Tengo que darle una muy mala noticia». Con esta frase comienza un proceso de adaptación psicológica de las familias a las muertes violentas provocadas por grandes catástrofes o accidentes. La atención a ese primer impacto es decisivo para una buena gestión emocional del duelo. Los psicólogos, ataviados con el chaleco rojo identificativo, despliegan su estrategia en la escena de la tragedia donde, curiosamente, el que más llora y muestras de dolor expresa suele ser el que menos ayuda necesita. «Hay personas que no emiten conducta», dicen en un lenguaje profesional con el que se manejan entre ellos para identificar y señalar a las personas a las que tienen que dirigir su atención. «Eso de la entereza cuando ha ocurrido una catástrofe es el peor pronóstico», aseguran.

Esa es una de las premisas con las que trabajan los setenta psicólogos especialista pertenecientes al cuerpo de emergencias creado en Castilla y León para atender a las víctimas en las catástrofes. El servicio, puesto en marcha por el 112 y el Colegio de Psicólogos de Castilla y León, ha atendido ya a un millar de personas. Son un grupo de intervención psicológica especialmente preparado para evitar traumas a las víctimas. Otros 150 psicólogos están preparados para incorporarse al grupo en cualquier momento.

«Ayudamos a las personas a que hagan un relato cronológico integrado de lo sucedido, para que no haya lagunas. Que tengan permiso para que expresen libremente sus sentimientos», asegura Vicente Martín, coordinador del operativo en Castilla y León.

Los psícologos especialistas son los encargados de preparar la escena en la que las familias reciben las malas noticias. «Si hay cadáveres somos los primeros que entramos para poder advertir a las familias de lo que se van a encontrar», asegura Nieves Arias. «Nosotros tenemos el conocimiento previo de lo que ha ocurrido».

Los psicólogos de León atendieron a las familias en los atentados de Atocha del 11 de marzo de 2004, en el que fueron asesinadas 192 personas; en el accidente aéreo de Spanair el 20 de agosto de 2008, en el que murieron 154 pasajeros; en la explosión de gas que se produjo en la calle Gaspar Arroyo de Palencia el 1 de mayo de 2007, que dejó nueve fallecidos, más de 30 heridos, 360 damnificados y 175 viviendas con algún daño; en el accidente ferroviario de Santiago de Compostela el 24 de julio de 2013, en el que perdieron la vida 80 personas; en la muerte del niño de 6 años de Ponferrada que falleció en un accidente de quad; en el accidente minero en el Pozo Emilio en Santa Lucía en el que murieron seis trabajadores; en el asesinato por Violencia de Género en La Virgen del Camino; en el accidente del helicóptero del Greim en Picos de Europa, en el que murieron 3 personas, en accidentes de tráfico, ahogamientos.... «Lo que nos diferencia de las oenegés es que nosotros no sólo acompañamos sino que intervenimos con medidas para que las familias sean conscientes de la realidad y empiecen cuanto antes a iniciar el duelo».

El duelo mal gestionado puede provocar trastornos psicológicos que se manifiestan con sufrimientos después de varios años del suceso. «En nuestras consultas vemos casos de personas que tienen adicciones provocadas por traumas no resueltos».

El psicólogo espera las preguntas tras la primera frase de contacto. «Tengo que darle una muy mala noticia» desencadena un torbellino de emociones a las que hay que dar respuesta veraz. Confirmar la muerte y legitimizar las reacciones, mostrar las condolencias, ofrecer recursos y anticipar acciones, preguntarse e identificar al familiar, buscar un lugar íntimo y apacible, preguntar por recursos familiares o sociales cercanos, preguntar por enfermedades médicas de los presentes e iniciar antecedentes de las víctimas como ‘el iba con el coche...’. «Lo importante es que el organismo se prepare fisiológicamente. Las preguntas fuertes de los familiares vienen cuando ya se está preparado para recibir las respuestas».

La estrategia psicológica para superar una «muy mala noticia» pasa por fases como ventilación, legitimación de las emociones, toma de tierra (ser consciente de la realidad para iniciar cuanto antes el duelo), anticipación, desculpabilización, disminuir la activación.

Pero ¿quien cuida a los psicólogos especialistas?. Las tragedias también les afecta. «Cuando nos ponemos este chaleco rojo adquirimos un rol profesional y seguimos el protocolo, pero hay casos en los que es difícil abstraerse, las escenas se quedan en la retina», asegura Tania Paz. «En muchos casos necesitas a otro compañero para que te ayude». En ocasiones, los viajes del vuelta después de ayudar a las familias durante varios días son duros de sobrellevar. «Más de una vez nos hemos perdido al volver. Estás tan centrado en las emociones que no puedes relajarte tan rápido».

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