Paga, mamón

Si la envidia es el pecado español por excelencia, el deporte nacional es la pedrada... en el ojo, a poder ser, o en to la cresta al menos.

Tiempos de apedrear... o de acuchillar, si eres moro... o veneciano del XV.

Intifada a la cresta del altanero famoso. El calor canalla e incendiario de este ferragosto colado en junio también ayuda. Las noches ardientes son las que mejor mecen el delirio y el delito.

Nerviosa y malhumorada está la hinchada. Se acabó la liga, no hay partidos, qué calamidad... pero hay partidas de futbolistas dando que hablar al pasear sus yates, bodas o lujos por la prensa del corazón; y también por la de tribunales, ahí donde goza la plebe ociosa viendo salir a los que conduzcan al trullo o a la picota... tirad a la cresta, forofos depres o sulfurados, peatones de barra, columnistas deportivos o de visita, resignados contribuyentes todos... e indignados en general... porque Cristiano Ronaldo, en cuya cruz pusieron un cartel que reza «rey de los mamones», tiene una cresta que adora, esculpe, tiñe, poda o riza según se lo pida el cacareo o el corral, una cresta altiva que excita instintos de lapidación entre marujos merengues, maris culés y toda la voluble masa que va encantada al pan de bollo y al circo... aunque la mitad del odio que hoy concita este gladiador, este futbolista portugués forrado de oro, fama y amianto, es envidia, reconózcase... y la otra mitad, también, purita envidia disimulada con la superioridad moral que experimenta el pobre (y honrado sólo a la fuerza) ante el rico podridísimo de dinero (y tías buenas), como quien desprecia o condena lo que no puede alcanzar... ya se sabe, «verdes están las uvas».

Arde Portugal quemando gente y no logra la décima parte de hectáreas de papel e informativos que se lleva un Cristiano convertido en incendio portugués con foco en Madrid y disparando tantas alarmas, que hasta Florentino metió manguera en la portada de ABC pidiendo que no se criminalice al pobre muchacho...¡?!... quizá no es mucho delito para él, que sabe hacerlo, chulear 17 millones al fisco... Peláez, algo culé, lo resume a voces: paga, mamón, y después... que pase Mourinho.