Diario de León

Jesús Culebras: «En 20 años la mitad de lo que sabemos será mentira»

El doctor Jesús Culebras refleja en el libro ‘Treinta y seis años al frente de una revista científica’ la aventura de la puesta en marcha desde León de una publicación que se ha convertido en un referente internacional en nutrición artificial..

Jesús Culebras, en su despacho de Alicante desde donde trabaja desde que se jubiló y cerró su consulta privada en León. DL

Jesús Culebras, en su despacho de Alicante desde donde trabaja desde que se jubiló y cerró su consulta privada en León. DL

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carmen tapia | león

«Cuando en diciembre de 2015 dejé el cargo de director de Nutrición Hospitalaria decidí poner en orden todos mis recuerdos y experiencias para plasmarlos en un documento que fuera accesible». El doctor Jesús Culebras (Madrid, 1946) acaba de leer en la Universidad de León su segunda tesis doctoral que recoge sus memorias personales durante la dirección de la revista Nutrición Hospitalaria, un referente científico internacional que en 37 años se convirtió en la revista de nutrición artificial publicada en castellano de más impacto científico. El especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo y jefe del servicio del Hospital de León durante 34 años hasta su jubilación recoge los resultados de esa tesis en el libro Treinta y seis años al frente de una revista científica, un documento editado por la Universidad de León que estará disponible en la biblioteca universitaria a partir del 15 de agosto y que se presentará en un acto oficial en la Real Academia de Medicina de Madrid el 20 de septiembre. «En nutrición artificial había un vacío y una ausencia de un vehículo científico para la publicación de los progresos. Aposté por la publicación de la revista. Fue una osadía que salió bien. Tenía 32 años. Al mismo tiempo fundaba la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral, de la que ahora soy presidente de honor. Todo nació en el Hospital de León, lo que era llamativo. Al principio no fue fácil. Los especialista se referían a la publicación como ‘la revista de Culebras’, y casi no teníamos artículos para publicar. Trabajábamos 10 horas al día para sacar adelante el proyecto». Desde la publicación del primer número en mayo 1079 hasta el año 2015, en que abandonó la dirección de la revista, el impacto de los artículos científicos publicados convirtió el proyecto en un referente internacional. «De no tener artículos que publicar a los 450 euros que pagaban los investigadores para que sus estudios salieran en la revista, tras pasar por un comité científico de revisión por pares, de selección de calidad». De los inicios sin artículos al rechazo del 30% de los artículos científicos que llegaban a la mesa del comité. La revista, de la que se editaban 500 ejemplares con 70 artículos científicos mensuales, 7.000 páginas y 1,5 kilos de peso, está ahora disponible solo en edición digital y es leída por dos millones de personas.

De los diez artículos de más impacto publicados en 37 años, cuatro están firmados por investigadores leoneses, dos del equipo del Ibiomed, dirigido por Javier González Gallego, uno del propio González Gallego y otro del otorrino Pablo Casas, que recoge los resultados de su tesis doctoral sobre nutrición en otorrinolaringología.

La investigación cambia la asistencia sanitaria. «Desde los primeros artículos publicados ha cambiado mucho lo que se sabe de nutrición y de medicina en general. En 20 años la mitad de los que sabemos será mentira, pero no puedo decir cuál de las dos mitades es la correcta», asegura Culebras. «Cuando llegué al Hospital de León operábamos muchas úlceras de estómago que ahora se resuelven con medicación. Todo seguirá cambiando». La nutrición artificial entró en los hospitales de la mano de los cirujanos que idearon el sistema para mantener la calidad nutricional de los pacientes que operaban. «Después creció y se crearon las unidades de nutrición. La primera unidad de nutrición especializada en España la creé yo en el Hospital Ramón y Cajal en el año 1977. En León hacíamos fórmulas ya en el año 1979».

Culebras abandonó el proyecto editorial por motivos de salud en 2015. Un año en el que encadenó la jubilación ‘forzosa’ tras la nueva normativa de la Consejería de Sanidad de no prolongar la vida laboral de los médicos más allá de los 65 años —se jubiló con 67— y la aparición de un «problema de salud muy importante» del que, tras el tratamiento, «he aprendido que la medicina hace milagros. Lo he podido comprobar en mis propias carnes». Actualmente vive en Alicante «donde soy feliz, paseo todos los días a mis tres perros por la playa y puedo trabajar delante del ordenador cómodamente».

Jesús Culebras ha impulsado la investigación en España en temas de metabolismo y nutrición artificial. Desde el punto de vista docente, ha impartido clases de doctorado en la Universidad de León. En investigación, ha colaborado con el Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de la Universidad de León y ha publicado varios libros como autor y coautor y más de 160 trabajos de investigación en cirugía, nutrición artificial, metabolismo intermediario, hepatología, composición corporal, infección quirúrgica, técnicas quirúrgicas y bibliometría. La Sociedad de Medicina y Cirugía también ha reconocido su papel en decenas de congresos.

Los resultados negativos, el 50% de la investigación

El talante científico inquieto le anima a poner en marcha nuevos proyectos y con la Asociación para el Progreso de la Biomedicina, que nació de su mano en León hace 20 años, funda la Revista de los Resultados Negativos, un espacio editorial en la que los científicos publican las conclusiones de las investigaciones que no llegan a ningún resultado. «Es muy importante publicar los resultados negativos. Los científicos suelen silenciar las investigaciones que no tienen ningún resultado y eso no es bueno porque otros podrían investigar lo mismo, con lo que se pierde tiempo y recursos, y se ocultan datos que son relevantes. Hay que publicarlos y los promotores de esos estudios no pueden intervenir. Los resultados negativos son muy importantes». El 50% del conocimiento son investigaciones con resultados negativos. «En los tres eslabones en que se asienta la investigación, investigador, patrocinador y diseminador de resultados, se tropieza con rémoras para publicar. El resultado final es que, en ocasiones, los resultados negativos no llegan a publicarse o lo hacen con demora, lo cual repercute negativamente en el conocimiento general, manteniendo a veces posiciones que deberían modificarse a la vista de la negatividad de los hallazgos».

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