El ruido y la masa

Hoy las emociones las gobierna un teléfono-pantallita que nos va en el bolsillo a todas horas o cerquita de la almohada si sobamos... suena el tiruliru y nos llama a curiosidad o sobresalto: ahí viene un disgusto familiar, la escabechina de Texas, un chiste atroz, un meme lelo de Puigdemont con dos tetudas, una coz de mula vengativa o un control de tu pareja para ver qué haces o si lo estás haciendo o si dejaste de hacerlo... antiguo vicio del «ola k tal k hase».

Sustos, emociones y puñales nos los sirve hoy el móvil. Y el noventa por ciento del incendio catalán arde en los móviles. Ese está siendo el problema... ¿y cómo se apaga ese fuego?, ¿meando el aparato?, ¿a japos?...

Antes tenían que poner altavoces en las trincheras para propagandear o desanimar al enemigo; y si era por escrito, había que tirar octavillas desde aviones (¿y quién se atrevía a que le vieran cogiendo una?), pero hoy el «otro» puede leer todo lo que circula en lo que llamamos redes sociales por no atrevernos a decir las masas, lo que son, que venga Ortega y lo vea.

Las mofas y escarnios que entonces se hacían del enemigo apenas pasaban frontera. Hoy se cacarean por el planeta al instante, así que el «otro» no deja de recoger pruebas de agravios brutales, mentiras y humillaciones que se hacen circular por el orbe... y ya tiene todo el derecho a convertirlo en materia imperdonable que, en este caso, le sirve a media Cataluña de tapón para el oído y de munición gratuita para devolver sus razones a cañonazos (si hablan al «estado español») o a lagrimones (si miran al extranjero).

En fin, las emociones que sirve el tiruliru ya han metido el ruido en la calle y el miedo en casa. La saturación del tema harta y desasosiega, así que seguiremos el consejo del certero Jabois, que escribe con láser de oftalmólogo: «En tiempos de sobreinformación la ignorancia es un lujo».

No saber, no escuchar, no enterarse, hacer un pasillo de oreja a oreja... esta es la cosa. Pero si hay que elegir entre el móvil o el sexo, ocho de cada diez eligen móvil (está escrito). El calor del ruido y la masa excita más.