Diario de León

ENTREVISTA/ CIENCIA

«Con la inteligencia artificial habrá menos médicos, abogados...»

La mirada global de Mauro Guillén (León, 1964) es amplia, abarca todo el planeta, pero aterriza en el individuo. Y puede que con los años, más experto aún, cada vez más. Es director del Lauder Institute y catedrático de Dirección Internacional de la Empresa en Wharton. School, escuela de negocios de EE. UU. .

Mauro Guillén, en la Fundación Ramón Areces hablando sobre economías emergentes. RAQUEL P. VIECO

Mauro Guillén, en la Fundación Ramón Areces hablando sobre economías emergentes. RAQUEL P. VIECO

León

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pacho rodríguez | madrid

Mauro Guillén también es patrono de la Fundación Princesa de Asturias, cuya misión resume en el reconocimiento de la cultura, en forma de apoyo a la Casa Real y que incluye el impulso para desarrollar Asturias. En Oviedo hizo la carrera de economista, y sin pausa, dio el salto a Yale. Ahí empieza a ser lo que es hoy. Aunque hayan pasado 30 años. Porque entre las cifras grandes de la economía y la sociología, le sale un discurso entendible. Aunque lo cuente en los grandes salones del pensamiento. Esta semana está en Madrid. Y, por ejemplo, le pasa que, antes de pronunciar una conferencia en la Fundación Ramón Areces, atiende a ilustres que le quieren saludar. Otro ejemplo: por allí se ve a todo un Federico Mayor Zaragoza, asistente a lo que va a contar sobre las Nuevas tendencias tecnológicas en los mercados globales de consumo. Por altura, incluso física, podría tener pensamientos elevados de ala-pivot (que tiene su pasado baloncestístico), pero bota su discurso como un gran base que siempre reparte juego. Aunque conecta con León, confiesa que su vínculo con España es Asturias.

—Alguien como usted, al día de lo que pasa en el mundo y desde una perspectiva global e intelectual, cuando llega a España, ¿encuentra muy cambiado su país?

—He visto que han cambiado algunas cosas. Pero, aunque nos centremos en España, cosas parecidas a lo que le pasa a Europa. Y que se basa, por ejemplo, en la necesidad de cómo competir y mantenerte competitivo ante las economías emergentes. Y con unas constantes que se dan en todas las regiones europeas en cuanto a paro juvenil y envejecimiento de la población. Europa necesita replantearse cómo competir.

—Pues, directamente, ¿cómo?

—Pues ahora mismo, de mala manera. En las economías emergentes no dudan en trabajar muy duro por bajos salarios. Con la ventaja de que estos países tienen un rápido crecimiento. Y en una situación en la que hay tantos cambios. El desarrollo tecnológico además se da en todas partes.

—Y para adaptar toda esta situación global a un país, o a una ciudad como León, para llegar a un individuo, a un estudiante, usted cómo docente e investigador, ¿no cree que las personas a veces piensan que las aspiraciones de los Gobiernos discurren por caminos separados a las del ciudadano de a pie?

—Cuando estábamos en el colegio, la globalización no había empezado. Sabías que había que hacer dos o tres cosas para tener una vida buena. Y eso ahora no está garantizado. Hacen falta cambios en esos planteamientos que ahora ya no valen. Y no sólo en función del desarrollo de las tecnologías. A los jóvenes también hay que plantearles qué trayectoria quieren seguir.

—¿Como investigador sociológico tiene soluciones?

—Más que soluciones para estos cambios hay que adaptarse para intentar desarrollarte, y poder tener una vida plena.

—Pero estamos en una sociedad en la que hay menos oportunidades porque el desarrollo tecnológico es tal que el trabajo como lo habíamos entendido desaparece. A veces, da la sensación de que se vende progreso porque se consigue que una máquina haga lo que hacía una persona. Aunque no beneficie a la persona en lo sustancial, salvo en la mecanización...

—Pongamos varios ejemplos. El periodismo. Antes, en algunos países veíamos que este trabajo sufría represión política. Ahora vemos que puede pasar también en países digamos que importantes. Ese era un problema que antes era diferente. Ahora existe de otra forma dentro del cambio de los medios impresos a los digitales. Yo creo que en el futuro habrá menos periodistas. Pero como habrá menos abogados, médicos o profesores de universidad. En otros sectores han ocurrido cosas peores. Como es que se ha interiorizado hasta en los mercados financieros modelos como el crowdfunding. Eliminan bancos, intermediarios, etc. Con la inteligencia artificial se llega a todo eso. Los cambios son de tal calibre, que no creo que el mundo lo manejen sólo las máquinas, pero sí que se tiende a la automatización de todo. Si lo piensas, llevamos 300 años en el mundo de la automatización. Pero ahora automatizamos todo tipo de cosas, hasta las que requieren de toma de decisiones.

—Volvamos al ciudadano, al que ya queda claro que el futuro le pasa por encima. ¿Cómo posicionarse?

—Como las circunstancias cambian, la preparación ha de ser diferente. La decisión tiene que basarse en que si se tiene claro lo que se quiere ser, se tiene que ser de los mejores cuando se decide invertir en tu capital humano. Y lo mejor es tener conocimientos polivalentes. Y escribir bien, absorber información, tener facilidad con los números y saber comunicar bien. Con todo este tipo de destrezas podrás saltar de un trabajo a otro, que también es otra de las claves. Si no desarrollas estas habilidades serás del montón.

—Pero como también tiene que haber gente del montón, ¿qué se puede recomendar para tener un futuro aunque sea del montón...?

—Como algunas destrezas tendrá, que sea lo más flexible. Y tener esa capacidad de adaptación, porque no estamos en una fase de transición para volver a tiempos de tranquilidad o equilibrio. Yo pienso que por lo menos estaremos 20 o 30 años afectados por esta forma de vida.

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