Diario de León

BARBERAS

Mujeres al filo de la

En León no llegan al medio centenar. Las mujeres barberas se reivindican en un oficio tradicional masculino. La moda hipster impulsa una profesión que comparte secretos. En España las mujeres se unen en el Club de Mujeres Barberas. Las leonesas colocan una marca de cosméticos propia en el tercer puesto de ventas en el mercado nacional. .

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CARMEN TAPIA | LEÓN
León

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Pese a que es un mundo tradicional de hombres, las mujeres se han ganado el respeto de sus colegas como expertas en barbas y cortes de pelo masculino. En León no llegan al medio centenar en un sector con 805 salones de peluquería y estética en la provincia, aunque son cifras estimativas porque no hay un registro específico de barberías y mucho menos de mujeres al frente de estos negocios. El consenso del sector es que el 6% de los barberías que hay en España —6.000— están regentadas por mujeres, un perfil laboral que ha crecido en los últimos cinco años. Parecía que estaban en periodo de extinción, pero las barberías se reinventan y crecen. En el año 2016 se crearon 666 nuevas barberías en España y en 2017 se sumaron otras 550.

«La moda hipster puso de moda las barbas e impulsó el sector», asegura Carmen Mayor, barbera leridana que forma parte del Club de las Mujeres Barberas, una asociación nacional de reciente creación que cuenta con página web y nace para visibilizar el trabajo de la mujer en un sector masculinizado. Carmen Mayor es una de las asociadas con más experiencia profesional. «Soy barbera desde que tengo 23 años. Ahora, con 48, veo como aumentan las barberas. Cuando empecé no había ninguna en los cursos a los que asistía. Tenía que demostrar más mis conocimientos. Recuerdo que en un curso estábamos sentados y teníamos que cargar las navajas (ponerles las cuchillas). Un compañero que estaba a mi lado se ofreció a cargármela él, dando por hecho que yo no sabría». Pero sabía, por eso tiene un cliente fiel. «Si miro una nuca puedo decirte si te ha cortado el pelo una peluquera/o un barbero/a».

Al club no pertenece aún ninguna barbera leonesa, pero el sector cuenta con mujeres expertas que iniciaron sus carreras como peluqueras y se especializaron en cortes y cuidados masculinos. «Llevo 20 años. Los hombres estaban al frente de las barberías por eso inauguré mi negocio como peluquería de caballeros. Me formé en barbería con cursillos», asegura Yoli Prada, propietaria de Yoli´s Barber Shop en Ponferrada. «Fui de las primeras. Ahora hay muchas. Mi madre, que era peluquera, también trabajaba con caballeros. Nunca he tenido problemas ni con los clientes ni con los compañeros». A los hombres, dice, les gusta cortarse el pelo sin agobios «se dejan aconsejar», afirma.

El de barbero es un oficio de secretos. La preparación profesional se nutre con los consejos que se transmiten por tradición oral. En España es una profesión que no está regulada. La mejor barbera de España, Erika Vera, que estará en León en una exhibición a favor de la Asociación Contra el Cáncer, asegura que el sector necesita una regulación. «Las mujeres siempre estuvieron a la sombra. En Estados Unidos está reglada desde los años 50, cuando aparecieron las primeras licencias de mujeres barberas. Allí estudian y se examinan para conseguir la licencia. En España toda la preparación es privada y luchamos para que se regule».

La leonesa Carmen Prada es barbera desde hace 20 años en Ponferrada. «Empecé como peluquera en una franquicia. El equipo necesitaba peluqueras para caballeros y me gustó tanto que opté por este camino. Ahora tengo mi propia barbería. El ambiente es agradable y divertido, trabajo en lo que me gusta y me lo paso bien. Corto el pelo, arreglo barbas y afeito. Ahora el cliente es más exigente. Se fijan hasta en las herramientas que utilizas».

Pero las mujeres también están detrás del diseño y la búsqueda de productos cosméticos masculinos. La marca de barbería Beardburys, de la empresa leonesa Carobels ya se ha posicionado como la tercera más vendida de España. «Hay que romper estereotipos. Las mujeres se mueven en los mismos círculos que los hombres. Existe un respeto máximo, da igual el género. Hay un compañerismo que no existe en otros sectores», asegura Juanjo Cabero.

Las mujeres que están detrás de esta marca leonesa «no somos barberas pero conocemos todo lo que hay que saber de la cosmética masculina que se utiliza en las barberías. No tenemos la técnica pero sabemos todo lo que hay que saber de productos». Hasta hace poco, en las barberías se mezclaban cosméticos de mujeres y de hombres, «pero ellos tienen sus propias características. Necesitan productos específicos y cada vez son más exigentes».

Las mujeres llegan a la barbería por tradición familiar o por interés profesional tras sacar el título de peluqueras. «La barbaría se mueve por rituales que mezcla la tradición artesanal y la profesionalización», explican los profesionales de Carobels. «Los clientes buscan evolución y fórmulas tradicionales. Lo que caracteriza a la barbería es el ritmo pausado, el mimo, el trato. Es un proceso más artesanal».

Es justo este «romper estereotipos» lo que hace que muchas mujeres barberas no quieran que la profesión se diferencia por géneros, «y a ellos tampoco», asegura Rebeca Martínez.

La navaja sigue siendo la herramienta rey en una barbería, pero desde los años 80, con el incremento «y el miedo» al virus del sida cambió la reglamentación. Las navajas actuales tienen cuchillas desechables. Sin embargo hay clientes que son fieles a la navaja tradicional. Algunos llevan sus propias navajas para que la barbera les afeite con ellas. «El afeitado tradicional y el masaje es lo que más nos solicitan», asegura la barbera Yoli Prada.

Carmen Prada, de Barbería de Prada, afeita a un cliente en su barbería de Ponferrada. L. DE LA MATA

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