Diario de León

ANIVERSARIO: 150 AÑOS

¡Vaya elementos... químicos!

La Biblioteca Pública de León rinde homenaje a la Tabla Periódica en su 150 aniversario. La profesora y química . Rocío Rodríguez Herreras es la artífice de la exposición

Rocío Rodríguez Herreras con la exposición que se puede ver en la Biblioteca Pública de León dedicada a la Tabla Periódica de los Elementos. FERNANDO OTERO PERANDONES

Rocío Rodríguez Herreras con la exposición que se puede ver en la Biblioteca Pública de León dedicada a la Tabla Periódica de los Elementos. FERNANDO OTERO PERANDONES

Publicado por
ANA GAITERO | LEÓN
León

Creado:

Actualizado:

Decían que eran cuatro (elementos) y ya son 118. Los hay naturales y los hay creados en el laboratorio. Algunos son tan abundantes como el hidrógeno (H) y otros tan escasos como el oganesón (Og) que hace el número 118 y del que apenas se han visto una párticula ‘nacida’ en un acelerador.

El aire, el agua, el fuego y la tierra, los cuatro elementos básicos, en realidad están integrados por muchos más. Son el corazón de la química y las pistas más buscadas para desvelar el origen el universo.

La tabla periódica de los elementos, que acaba de cumplir 150 años, los ordena en función de las características químicas, físicas y atómicas y establece entre ellos un sistema de relaciones que permite predecir.

La primera versión de esta herramienta, que tantos quebraderos de cabeza da a los estudiantes en la Secundaria, fue presentada el 6 de marzo de 1869 por el químico ruso Dimitri Mendeléyev.

Había descubierto el patrón para ordenar los elementos conocidos, un total de 63 en aquel entonces, todos ellos naturales, de acuerdo a sus propiedades químicas. Casi al mismo tiempo, otro químico, Julius Lothar Meyer aportaba al método el orden según sus propiedades físicas. Ambos competían en la misma carrera por el saber.

«La mayor hazaña de Mendeléyev es que dejó huecos», subraya Rocío Rodríguez Herreras, leonesa y profesora de Química que rinde homenaje a este hallazgo con una exposición en la Biblioteca Pública de León que conmemora el 150 aniversario. Con el tiempo se demostró que eran ciertas las predicciones de Mendeléyev. Los elementos ‘futuros’ que imaginó con características que les asignaban un lugar en la tabla existían (o llegaron a existir) de verdad.

¡Vaya elementos...! En París, la Unesco abrió la conmemoración de este aniversario a finales de enero. En León, la Biblioteca Pública tiene una exposición que recoge libros, juegos, cuadernos manuscritos y hasta una partitura musical de la obra Suite de los elementos, de Héctor Rasgado-Florez, así como la obra de Primo Levi dedicada también a los elementos.

La profesora y licenciada en Química Rocío Rodríguez Herreras es la artífice de la muestra. El pasado 28 de enero asistió en París al acto inaugural del Año Internacional de la Tabla Periódica en la Unesco. Y tuvo la oportunidad de conocer y retratarse con Yuri Oganesián, físico nuclear ruso de ascendencia armenia y el único científico vivo que da nombre a uno de los elementos, el último en incorporarse a la tabla, el oganesón.

El lenguaje universal de la tabla periódica de los elementos es el título de esta exposición que hasta ahora es la única iniciativa, fuera de las aulas, para conmemorar su 150 aniversario. «Los símbolos son iguales para todo el mundo, incluso en China los escriben igual», señala apuntando a un manual que compró en el país amarillo.

La tabla periódica «es muy útil en química, pero también en física y en otras ciencias como la biología», explica la profesora. La divulgación de la ciencia es una de las inquietudes de Rocío Rodríguez Herreras que echa en falta que este tipo de acontecimientos no se publiciten en espacios públicos para acercar la ciencia a la ciudadanía y a la cultura popular.

La tabla periódica, aparte de las utilidades científicas, puede ser el punto de partida para hablar de temas de actualidad o para entender mejor el mundo. «Los móviles por ejemplo se realizan con varios elementos que están clasificados», apunta. Wolframio, oro, estaño, tantalio, litio, cobalto, cobre, aluminio, níquel, arsénico, mercurio, plata y paladio forman parte de los elementos con los que se fabrica un móvil.

El estronio, por ejemplo, es la sustancia responsable del color rojo de los fuegos artificiales. Y es que los elementos son la sal de la vida. La sal común, sin ir más lejos, es el ejemplo básico de cómo funcionan las relaciones de los elementos. Es la reacción del sodio (Na), que se sitúa en segundo grupo de la tabla, con el cloruro (Cl), que está en el 17, cercano a los gases nobles.

«Los elementos reaccionan con los del otro extremo. Por eso es muy visual», explica. En las dos primeras columnas se sitúan los metales, luego están los metales de transición y en el extremo opuesto los gases. De la misma manera, a medida que se desciende en las columnas el peso de los elementos es mayor.

La Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (Iupac) es la encargada de reconocer y poner nombre a los nuevos elementos que van surgiendo. Las últimas incorporaciones se realizaron en 2105. Se situaron en su séptima fila los elementos 113, 115, 117 y 118 que fueron bautizados como Nihonio, Moscovio, Téneso y Oganesón, respectivamente.

De los 118 elementos que hay actualmente en la Tabla Periódica un total de 92 son de origen natural y los otros 26 se han obtenido en laboratorios a partir de los primeros. Algunos son tan efímeros que sólo se han visto en una ocasión.

De todos estos elementos, tres han sido descubiertos por españoles. El primero fue el platino, hallado en 1735 por el almirante Antonio de Ulloa, el wolframio o Tungsteno es de 1783 y es un hallazgo de los hermanos Delhuyar y, por último, el vanadio, primero bautizado como eritonio, se debe a las investigaciones de Andrés Manuel del Río, que lo encontró en el año 1801. Lise Meitner es la única mujer que tiene un elemento en la tabla derivado de su nombre, el meitnerio. Y es que el Curio fue bautizado así tanto en honor a Marie como a Pierre Curie.

tracking