Diario de León

TECNOLOGÍA SOCIAL

«La teleasistencia se va a transformar con sensores en las casas»

Mª VICTORIA SECO FERNÁNDEZ / PRESIDENTA PROVINCIAL DE CRUZ ROJA EN LEÓN

Victoria Seco es la nueva presidenta de la asamblea provincial de Cruz Roja en León. RAMIRO

Victoria Seco es la nueva presidenta de la asamblea provincial de Cruz Roja en León. RAMIRO

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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Victoria Seco Fernández (Astorga. 1962) toma hoy posesión del cargo como presidenta de la asamblea provincial de Cruz Roja de León. Bióloga de formación y profesora de la Universidad de León en la Escuela de Ingenería Agraria, es desde hace cuatro años directora general de Telecomunicaciones de la Junta de Castilla y León. Durante nueve años fue vicerrectora de la ULE. También acaba de ser nombrada vocal de la Fundación de Vodafone.

—¿Qué le decidió a aceptar el puesto de presidenta de Cruz Roja en León?

—No se me había pasado por la cabeza. Nunca he trabajado en ninguna oenegé ni en ninguna causa social pero conozco la labor de Cruz Roja desde pequeña porque mi madre fue presidenta en Astorga. Me llamó José Ignacio de Luis Páez —pensé que tenía algún problema de conectividad— y le dije que sí. Me hice voluntaria en el acto y me nombró vicepresidenta, que era el requisito. No me he podido negar porque es una causa noble y bonita y me coincide en una época de la vida en la que aunque tengo mucho trabajo, mis hijos me necesitan menos.

—¿Lo va a compatibilizar con su cargo en la Junta o con su trabajo en la universidad?

—Esto es un cargo honorífico y no remunerado. Somos voluntarios todos los presidentes comarcales, provincial, autonómicos y nacional y no tenemos remuneración. Otra cosa son los 109 empleados de Cruz Roja de la provincia, que trabajan como cualquier trabajador en una empresa normal. Yo tengo que vivir de mi sueldo de funcionaria. Estoy muy tranquila porque me gusta muchísimo la universidad que es de donde procedo y donde trabajo desde los 22 años.

—¿De su experiencia como directora general de Telecomunicaciones qué problemas ha visto en el mundo rural?

—Tenemos una comunidad autónoma enorme, del tamaño casi de Portugal, con 95.000 km2, con una despoblación tremenda, una densidad de población bajísima y una población muy envejecida. El mundo de las telecomunicaciones es especialmente sensible con estas circunstancias. La soledad y el aislamiento si no estamos conectados a través de la red se agravan. Es urgente que se tomen medidas fiscales y otros incentivos para que no todo el mundo se marche a Madrid y a otras capitales. Debemos vender que aquí se puede vivir muy bien si tenemos infraestructuras y con una calidad de vida que no tienen en las grandes capitales.

—¿Qué puede aportar este bagaje a su labor en Cruz Roja?

—Desde Cruz Roja creo que se pueden aportar muchas cosas. Tengo mucho conocimiento de empresarios y asociaciones que creo que pueden aportar, porque Cruz Roja es una organización de voluntarios. El ejemplo lo tenemos en León con la iniciativa de un barbero que ha estado haciendo cortes de pelo cuya recaudación fue para Cruz Roja. Cualquier empresa puede colaborar con Cruz Roja o con otras asociaciones. Otro ejemplo es la Fundación Vodafone, donde me acaban de nombrar vocal. Con el programa Texos digitalizarán y harán una transformación de la teleasistencia tradicional.

—¿Qué aportaría esa nueva teleasistencia?

—Se trata de instalar sensores en las viviendas de la gente mayor para controlar si a lo largo de la mañana se ha levantado, ha pasado por la cocina y se ha tomado la medicación... Sensorizadas las viviendas pueden estar en contacto con la familia, el centro de salud, el médico de cabecera. Es el empleo de las nuevas tecnologías en la atención de los mayores y si tiene sentido en las ciudades, imagina en el medio rural.

—Pero sin conectividad en los pueblos esto no se puede hacer.

—Por supuesto, para que funcionen de los servicios sociales, la educación y la sanidad están las telecomunicaciones: un médico no puede consultar la historia clínica si no está conectado, no puede hacer la receta electrónica, en los colegios es fundamental que llegue la banda ancha, la teleasistencia. Todo eso pasa por conexión a internet y cobertura de móvil.

—¿Las empresas no tienen obligación de llevar el servicio?

-No, es un servicio que no es público. Está en manos de empresas de telecomunicaciones que funcionan según el libre mercado. Y funcionan por rentabilidad del mercado. La legislación española y europea prohíbe que las administraciones llevemos la banda ancha.

—Pero las adminsitraciones pueden ayudar a que llegue la banda ancha, ¿no?

—Sí, el Ministerio y la Junta sacan anualmente las subvenciones y son ellas las que presentan los proyectos de a dónde quieren ir y cómo quieren ir. Son libres para elegir lo que quieran. Tanto el ministerio como nosotros adjudicamos el proyecto que llegue al mayor número de ciudadanos con el menor dinero posible. En estos cuatro años hemos podido cubrir a 800 pueblos con las ayudas y quedan 100. Por otro lado, nos interesa que se declaren zonas de fallo de mercado para poder llevarlo con dinero público.

—¿Qué papel cree que debe Cruz Roja Juventud en una provincia como León?

—Tiene un papel muy importante porque hace falta que la juventud se implique. Es la continuidad de Cruz Roja. Que Cruz Roja Juventud cuente con tantos jóvenes implicados en proyectos es fantástico y hay que cuidarlos y mimarlos.

—¿Qué otros proyectos tiene en cartera para este periodo de mandato en Cruz Roja?

—Como docente tengo mucho interés en la formación. Estamos tratando con personas que llegan en unas circunstancias difíciles a nuestro país, como los refugiados, o personas excluidas de aquí. También me parece importantísimo aumentar el número de voluntarios, hay mucha gente jubilada muy capaz que puede aportar ayuda y conocimientos a la sociedad leonesa. Es importantísimo combatir la soledad de las personas mayores en el medio rural, que haya personas voluntarias que se presten a visitarles una vez por semana o una vez al día, cada uno lo que pueda.

—Se cronifica la pobreza y el riesgo de exclusión. ¿Habría que llamar la atención a las políticas gubernamentales para que atajen las causas que comentó su antecesor: empleos de corta duración y bajos salarios?

—Es fundamental. Estar en contacto con el Gobierno, a través de la Subdelegación del Gobierno, y trasladar lo que vemos. Por ejemplo, el tema de los refugiados, el Estado lo tiene delegado en dos organizaciones que son Cruz Roja y Accem. No se hace nada a nivel estatal. Es fundamental que traslademos lo que nos llega y las necesidades que tienen estas personas.

—¿Qué diferencia ve entre la Cruz Roja que conoció a través de su madre y la de ahora?

—Mi madre hablaba de ayudar a los más necesitados y pobres, había gente que lo pasaba mal. Pero yo creo que no teníamos problemas como ahora los de la inmigración y refugiados por guerras que obligan a salir de su país a gente muy preparada, con toda la familia. El problema de la drogopendencia. En León atendemos a 500 personas en el programa de metadona. Creo que tampoco había tanta dejadez con la infancia, el envejecimiento... los abuelos vivían en casa con la familia. La violencia de género no se veía de una manera tan sangrante como ahora, porque la gente era más sumisa y las mujeres ahora trabajamos.

—¿Qué similitud ve entre la biología y la función de Cruz Roja?

—La biología es la ciencia de la vida. Nos lo enseña todo de la vida. Hay un montón de ámbitos relacionados con la labor de Cruz Roja, desde la atención al medio ambiente al uso eficiente de la energía. Las catástrofes naturales en las que interviene Cruz Roja con la ayuda de emergencia, que es el espíritu fundacional del suizo Henri Dunant cuando ante una guerra vio que no había quien atendiera a los heridos.

—Como primera mujer que va presidir Cruz Roja en León, ¿cree que aportará algo diferente a sus antecesores?

—Es necesario que las mujeres estemos en las instituciones. Hace falta mucha inteligencia emocional y creo que las mujeres, en parte por el hecho de ser madres, somos muy humanas y prácticas.

—También ha habido una tradición en Cruz Roja de que los presidentes estén relacionados con el ámbito militar o policial, al menos en León. ¿Es usted la primera civil?

—No lo sé. Antes Cruz Roja estaba militarizada y por eso ha habido esa tradición. A la persona que sustituyo es un fantástico profesional, militar en la reserva. En este momento hay un cambio sustancial en Castilla y León porque de nueve hombres hemos pasado a cuatro mujeres en Palencia, Valladolid, León y Ávila y cinco hombres en el resto. Cualquiera puede aportar desde su ámbito profesional. Hay una relación fantástica con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, la Academia Básica del Aire, la Base Conde de Gazola. En Astorga siempre ha habido una relación ejemplar entre civiles y militares.

—¿Qué harán con los 5.000 euros el Día de la Banderita?

—Este dinero que se saca euro a euro de la generosidad de los leoneses se dedica un programa de apoyo escolar con merienda para niños y niñas que de otra manera no la tendrían.

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