Un multiplicador de la hermosura
alfonso garcía
Eran unas de las Obras Completas más esperadas en esta extraordinaria colección, las de Federico García Lorca («un multiplicador de la hermosura», en palabras de Pablo Neruda), que revisa a la luz de otras ediciones críticas la ya canónica de Miguel García Posada, sumando importantes aportaciones como la versión de Poeta en Nueva York según el nuevo testimonio del manuscrito Bergamín.
En una larga y clarificadora Introducción, Andrés Soria Olmedo habla del artista y su tiempo. Una biografía breve, compleja e intensa que deja una huella profunda en su literatura, con una obra prodigiosa que fue truncada por la Guerra Civil el 19 de agosto de 1936 cuando Lorca es fusilado a las afueras de Granada. Acababa de cumplir treinta y ocho años.
Dos títulos conforman su obra en prosa. Impresiones y paisajes, su primer libro publicado en 1918 a partir de una serie de viajes de perfil artístico, y Conferencias, que se insertan dentro de la necesidad de formación propio de la IIª República. El recorrido poético es, como fácilmente puede deducirse, mucho más largo. Arranca con sus primeros versos en Libro de poemas para presentar la intensidad de su obra que alcanza la cumbre en algunos de los títulos más conocidos, referencia en algunos casos como clásicos del siglo XX. En todas ellas se advierte su evolución estética y su respuesta a la luz de una mirada nueva. Se cierra el volumen con las partituras de las canciones populares antiguas musicadas por nuestro autor y los once sonetos de amor escritos entre 1935 y 1936 –más conocidos como Sonetos del amor oscuro-, ciclo que no verá la luz hasta 1984 y en los que el poeta vuelve a la estrofa como ejercicio de dominio poético, y al amor, oscuro desde su nacimiento, a través del lenguaje del deseo que no se reduce a trascender la voluntad homosexual silenciada hasta entonces.
La personalidad polifacética de este artista genial ya queda muy claramente advertida en este primer volumen. El siguiente ofrecerá la obra del dramaturgo.