La apetecible ‘violencia gráfica’ de un cocido

Isaac Asenjo | madrid  

Si uno imagina al dios censor de Instagram, a partir de ahora lo hará con el rostro de un vegano. Y es que la red social epicentro del postureo y de los real fooders considera «violencia gráfica» algo tan sagrado como un plato de cocido. A la plataforma de Zuckerberg parece que se le ha quedado corto el consabido absurdo de censurar en las imágenes que se comparten algunas partes del cuerpo femenino como son los pezones. Ahora da un paso más allá y además ha vetado una fuente de garbanzos, verduras, carne y chorizo, porque «incita al acoso, la violencia, así como al bullying y actividad sexual». Por increíble que parezca esta ha sido la respuesta literal que le dieron los responsables de la aplicación a Richard Barreira cuando vio que habían sido sido eliminadas las instantáneas del cocido gallego que sube todos los años para inaugurar la temporada de «casa de Rosi», esto es, la de su señora madre.  

Barreira, vigués de 47 años, quiso compartir la degustación de este plato típico de la zona norte de España con los exiguos doscientos seguidores de su Instagram, actualmente abierto al público. Lo hizo este domingo al mediodía y, por la tarde, ya habían sido eliminadas las imágenes del plato. «Cualquiera sube comida a las redes sociales y no hay problema. Con la que está cayendo, anda que preocuparse por unos trozos de carne y garbanzos», explica el usuario en conversación telefónica.  

Los motivos reales de la censura son una incógnita para Barreira, quien desconoce si se ha debido a la denuncia por parte de un particular o de un error, puesto que la red social no le da más explicaciones que el mensaje aludido anteriormente. «Jamás me había pasado una cosa así», cuenta indignado. En su perfil se pueden ver distintos platos que Instagram parece que observa con más amabilidad como es el jamón serrano o el ‘pulpo á feira’. «Si esto es pecado, que no reserven sitio en el infierno», escribe en una de las instantáneas.