Diario de León

Homenaje a las víctimas del Covid

«Mi padre sabía que se exponía al virus y dio la vida por los demás»

Rosas blancas para las víctimas del Covid-19 en un tributo laico con voz y presencia leonesas. Judit y Ana, las dos hijas del médico leonés Antonio Gutiérrez, víctima del coronavirus, y Hernando Calleja, hermano del periodista José María Calleja, también fallecido por el virus, pusieron presencia y voz leonesa en el homenaje de Estado tributado ayer en Madrid. El acto duró 45 minutos, asistieron 400 personas y sin apenas reproche por la disparidad de las cifras oficiales —28.413 víctimas, 695 de León— frente a más de 40.000 de otras instituciones.

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Sonaba el   Adagio para cuerdas de Barber, mientras el fuego encendido por las víctimas del Covid-19 era abrazado por rosas blancas. Primero el rey y a su lado la princesa de Asturias, las flores eran depositadas por personalidades, familiares de víctimas y profesionales de primera línea al lado del pebetero encendido.

Entre las 400 personas que asistieron al homenaje por las víctimas de la pandemia, y también de reconocimiento a la sociedad por la lucha librada, la presencia leonesa se visibilizó primero con la intervención de Hernando Calleja, hermano del conocido periodista José María Calleja, nacido en Ponferrada, que falleció a consencuencia del virus.

«La memoria es un deber», afirmó Hernando Calleja para subrayar que tanto a su hermano como a las otras víctimas del Covid-19, sean el número que sea, famosas o no y de cualquier provincia española, «el mejor homenaje» que se les puede hacer es «mantenernos unidos en su recuerdo y construir juntos el país que ellos hubieran querido compartir».

«Ha sido un acto muy emotivo, pero a la vez de tristeza y un sufrimiento inmenso porque mi padre no debería haber muerto», afirmó Ana Gutiérrez, hija del médico leonés fallecido por Covid-19 a primeros de abril, al finalizar la ceremonia. Junto con su hermana Judit, participó en la ofrenda floral que siguió a las intervenciones de Hernando Calleja, en nombre de las familias de las víctimas, y la enfermera Aroa López, en nombre de los profesionales.

Judit Gutiérrez, hija mayor del médico leonés, con Borrell. MARISCAL

La hija de Antonio Gutiérrez recordó la «inmensa calidad humana» de su padre quien a pesar de que «sabía que se exponía dio la vida por los demás». «Mi padre se había enfrentado anteriormente a otras situaciones duras como la gripe A, siempre dándolo todo y con actitud de esfuerzo y compañerismo. Trabajó muchas horas porque no podía dejar a sus pacientes ni a sus compañeros», añadió.

La hija menor del médico, cuyo nombre llevará el centro de salud de Eras de Renueva, del que era coordinador, a partir de septiembre, dijo que tanto ella como su hermana «le echamos mucho de menos porque era nuestro referente» y que lo más duro fue no poder acompañarle durante los diez días que estuvo ingresado en el hospital. Después del sufrimiento vivido por la pandemia, señaló, «espero que aprendamos de los errores y que nadie vuelva a sufrir lo que sufrió mi padre».

Ana Gutiérrez con el secretario de la Otan, Jens Stoltenberg. DL

Sobre el sacrificio y la entrega de los profesionales de primera línea, desde sanitarios a transportistas, personal de limpieza, alimentación, etcétera, durante las semanas más virulentas del Covid-19 habló la enfermera Aroa López, del hospital Val D’Hebrón de Barcelona.

Felipe VI
«El mejor homenaje es la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación»

«Detrás de los EPIs no había héroes, éramos personas», señaló. En nombre del personal sanitario agradeció los aplausos de las ocho de la tarde, aunque pidió que no se olvide lo vivido y se sigan respetando las recomendaciones sanitarias. «Piensen en los que fallecieron y también en los profesionales sanitarios, que su esfuerzo nunca sea en vano», enfatizó.

Las palabras del rey pusieron el broche a la ceremonia. Felipe VI subrayó que «el mejor homenaje renovado» que se puede rendir a las víctimas es «la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación del pueblo español», que «muestran el camino a seguir para afrontar y vencer las dificultades».

«Hemos contraído una obligación moral y un deber cívico», ha dicho el jefe del Estado. «La obligación moral de reconocer, respetar y recordar siempre la dignidad de los fallecidos y especialmente el espíritu de esa generación admirable de españoles; y el deber cívico de preservar e impulsar los mejores valores que fundamentan nuestra convivencia», ha afirmado.

«Esas obligaciones comprometen a todos los españoles», recalcó.

 

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