Una novedad narrativa

nicolás miñambres

Dueño de una extensa relación de premios literarios en diversos géneros, Antonio Manilla se ocupa ahora de una novela muy original, repleta de recursos literarios, originales, como se observa en el título de sus capítulos, connotativos y originales. Tal vez porque el título lo exige, el resultado es un bello galimatías literario, precedido de una advertencia irónica: Esto es una obra de ficción. Cualquier discrepancia con la realidad es pura coincidencia. Y el final del primer capítulo es una curiosa imagen, con una advertencia casi misteriosa: «La suya es la sombra de un hombre alto y robusto, una sombra sonora pero que nadie, en toda la ciudad, recordará haber visto la mañana siguiente». La acción se desarrolla con rapidez, ambientada en los espacios de la ciudad…invariablemente clásica, con ecos de personajes leoneses inesperados: El obispo y el grupo de los de los tipos dotados de autoridad. El grupo del Ayuntamiento, de sus policías y de otros elementos humanos, curiosos o pintorescos, entre ellos «Los Traperos del Tiempo».

Pero algo va surgiendo: todo se va mezclando, especialmente las muertes de las Rusas, que «nunca llegó a hacerse público», con la muerte de Masha Filipova: «Una de esas amapolas que florecen cada primavera en las cunetas» .Pero ocurrirán más muertes, a lo largo de los sesenta y un capítulos. La muerte de la rusa, la segunda, no será la única, lo cual complica felizmente la narración. a situación.

Téngase en cuenta la obra no finaliza hasta el capítulo sesenta y uno, con un argumento en el que puede recordarse la ciudad de León, sus personajes principales y diversos asuntos de faldas, fiestas populares y algunos monumentos urbanos . Pero Marat, subdelegado del Gobierno, ex-esposo de Chiara, de la que está divorciado, y le sugiere el camino que lleva la ciudad, aunque se preocupe de él, y abogado laboralista, desempeña, con su prepotencia, un papel de importancia y su preocupación por él y… «vistiendo como un joven»