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800.000 animales para investigación

España es el país con más centros con controles de transparencia y responsabilidad

Publicado por
Alfonso Torices
León

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El avance de la investigación biomédica es un imposible sin el uso de animales en la experimentación. Es una afirmación que respalda hasta el último centro de investigación y universidad del planeta y que ha quedado más que demostrada con la inédita y desenfrenada carrera científica que ha alumbrado en solo nueve meses varias vacunas efectivas contra el SARS-CoV-2, que solo podrán ser inyectadas en los humanos con seguridad y eficacia gracias al desarrollo y testado previo en modelos animales (ratones, macacos, hámster, y hurones), remarcó hoy Margarita del Val, investigadora del CSIC y vocal de la Confederación de Asociaciones Científicas Españolas (Cosce), que engloba a 82 sociedades y 4.000 investigadores.

En los laboratorios y centros de investigación y docencia españoles se realizan cada año algo más de 800.000 pruebas con seres vivos de diversas especies, según el tercer informe del Acuerdo Cosce de transparencia sobre el uso de animales en la experimentación científica. Este acuerdo es un código voluntario de máxima transparencia, buenas prácticas y uso responsable en el manejo de estos animales durante el trabajo científico al que desde 2016 ya se han adherido 140 instituciones de investigación, la gran mayoría de las existentes en el país. Aunque 817.742 experimentos con animales —los realizados en 2019—puedan parecer muchos, lo cierto es que en una década la cifra se ha reducido más de un 40%. Bastante más de la mitad de estas pruebas, en concreto unas 460.000, sobre el 56%, tuvieron como elemento indispensable a ratones.

La segunda especie más utilizada fueron los peces, con el 17%, seguida de las aves de corral, 12%; y bastante más lejos estuvieron las ratas (6%), los conejos (2,5%), cefalópodos (25), y los cerdos (1,5%). Estos animales, y otras especies con usos de laboratorio más minoritarios, proceden en su absoluta mayoría, en el 92% de las ocasiones, de empresas registradas y certificadas por la Unión Europea (UE) para la cría y venta exclusiva para la experimentación científica. Que se empleen cerca de un millón de animales en labores de investigación no quiere decir que todos se sacrifiquen. Muy al contrario, solo mueren o sufren lesiones severas sobre el 14% de ellos, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El informe sobre el cumplimiento del Acuerdo Cosce en España, elaborado por la Asociación Europea de Investigación con Animales (EARA), desvela que la gran mayoría de los usos de estos seres vivos son para la investigación básica (47%) y, de forma creciente, para la investigación aplicada (35%).

El cáncer

Más de la mitad de las pruebas con animales en investigación aplicada van dirigidas a lograr avances en la lucha contra las enfermedades humanas. El 15% persigue nuevos y mejores tratamientos en oncología, el 10% logros en patologías mentales y del sistema nervioso, otro porcentaje idéntico busca remedios contra problemas endocrinos y metabólicos, y un 5,2% protagoniza la lucha contra las enfermedades infecciosas. Estas pruebas tienen como principales protagonistas la lucha contra el cáncer, las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, la diabetes, el sida y otras graves infecciones, y las dolencias neurodegenerativas, como por ejemplo el parkinson o al alzhéimer. Se trata de las grandes dolencias y causas de muerte fundamentales de los españoles.

España es el país europeo en el que mayor número de centros de experimentación con animales han firmado y aplican el código de trabajo ético y transparente, que tiene como principio clave explicar a la sociedad por qué, cuándo y cómo se usan seres vivos en la investigación, así como con qué resultados. Hay 140 instituciones adheridas en cuatro años, la gran mayoría universidades y centros de investigación, pero también sociedades científicas y asociaciones de pacientes.

El documento de EARA indica que el cumplimiento en España de las normas de transparencia es alto. Todas las organizaciones adheridas explican en sus web su política de uso de animales para experimentación, y algunas, incluso, aportan imágenes o vídeos de sus instalaciones.

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