Diario de León

Cornada de lobo

Del útero a la lámpara

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

En las tripas de una casa, en cajones o paredes, está escrita la época que manda. Cada casa es una maqueta del momento, un reuma de su tiempo. Las casas de hoy cantan desde el útero a la lámpara la canción del consumo, que es como el cuento de la pera de Murcia, pero en inglés. La copla es idéntica o trino de imitación tanto en casaza burguesa como en caseto de barrio. Dentro de tres mil años, cuando los arqueólogos excaven ambas viviendas verán que marcas, hechuras, pijadas y despilfarros son los mismos. Incluso cuando extraigan del fondo del mar los fósiles de moritos que cruzaban el Estrecho en patera, les verán con gorros y prendas de marcas de fama y moda en su momento, porque en el rastro de los miserables abunda la imitación del rico. En los dos casos y casas el teatro del consumo se recita por el libro. Dentro de la casa, ningún rincón como el cuarto de baño para representar el drama del consumo compulsivo con su catarata aparatosa de geles, champúes, cremas, jabones, colonias, esmaltes, pomadas milagrosas, potingues, fijadores, espumas, artilugios, cepillos eléctricos, depiladores, rasuradoras, duchas cósmicas, bañeras con gorgorito, más cremas, más botes... hé aquí el imperio del frasco. Las marcas se amontonan. No es fácil ver lealtad a un solo champú o producto. En el lineal de droguería del híper sucumbe por lo general la mujer al señuelo y se ve seducida por lo último o por ofertas majaderas y, totalmente fascinada, apaña colorín y novedad, amarra piruladas y ensaya nuevas carnicerías cosméticas con una alegría que espanta, pues nadie ha averiguado hasta el momento cómo accionarán en su pellejo los trescientos elementos químicos diferentes con los que se embadurna. Después tienen alergias que jamás se curan. Así que el menda se pega ahora mismo una ducha. Un dilema: En la repisa hay dos o tres tipos de gel (pal body) y dos champúes (pal pelo). Otro dilema: Pubis y sobaquera también son pelo; ¿hay que lavarlos con champú o con gel? Tercer dilema: A la mierda todo; Pepín Vélez se lavó de siempre el pelo con jabón Lagarto y, cincuentón andado, tupé envidiable lleva el tío. No se le cae. Sigue leal a la enjabonadura. Lo más sorprendente es que su padre era farmacéutico.

tracking