La mitad de los canadienses está en desacuerdo con la ideología del Papa

El Papa, pese a los problemas de salud y los debates en torno a la conveniencia de seguir en el cargo, se embarca en diez maratonianos días. Según el Vaticano, el Papa realiza estas visitas por su propia voluntad y con la convicción de seguir practicando el Evangelio hasta el final de sus fuerzas. «Cristo no se bajó de la cruz», dice en un comunicado. La salud del Papa, aquejado de Parkinson y artrosis en la rodilla, es motivo de preocupación en algunos sectores de la Iglesia ante la debilidad que ha quedado de manifiesto en los últimos viajes oficiales. Por eso, esta vez el Vaticano ha programado varios intervalos de descanso que intercalará con los actos públicos. Está previsto que hoy el Papa se dedique a descansar en el Convento de las Hermanas de San José de Toronto. El jueves día 25 se presentará en esta ciudad ante jóvenes de 173 países de todo el mundo. Tras la inauguración de las Jornadas Mundiales de la Juventud, el Papa dirigirá una vigilia el sábado dedicada a la reflexión sobre la paz mundial, la pobreza y las miserias que abaten el planeta. El domingo celebrará una misa que cerrará su viaje. Aunque está previsto que entre 350.000 y 500.000 personas le reciban, una encuesta elaborada por un periódico nacional arroja que la mitad de la población de este país está en desacuerdo con las tesis del Papa; una posición que es compartida incluso por católicos. El 42% está en desacuerdo con sus ideas mientras que el 43% está a favor. Fervor incondicional Una aceptación mucho más incondicional tendrá en Guatemala y en México, sociedades visiblemente más tradicionales, y en las que a pesar de los enconados esfuerzos gubernamentales, las políticas, por ejemplo, de planificación familiar no acaban de cuajar, salvo en las capas más letradas y adineradas. Además, en estos países se reconoce su compromiso moral y político con los más desfavorecidos, porque así como se ha declarado un ferviente anticomunista, el Pontífice ha criticado duramente al «libre-capitalismo». En ambos países, desde hace días, se ultiman las medidas de seguridad y logísticas para la llegada del Santo Padre. Asimismo, miles de personas se encuentran apostadas en los dos templos donde se llevarán a cabo las ceremonias. En Guatemala, en la Iglesia de San Francisco, en la ciudad de La Antigua, Juan Pablo II canonizara al beato del siglo XVII, de origen español, José de Betancour. Allí, el Papa se limitará a oficiar el acto religioso previsto para la beatificación. A diferencia que en anteriores visitas, y como será también norma en México, el Pontífice no recibirá en audiencia privada a las autoridades del país. El día 30, procedente de Guatemala, llegará a la Ciudad de México para canonizar al beato Juan Diego, un indígena azteca del siglo XVI a quien la Virgen se le apareció en varias ocasiones para que intercediera ante las altas autoridades eclesiásticas de la Nueva España a fin de que se le construyera una ermita en el Tepeyac.