Sivele-Uscal: ‘Veterinarios comprometidos con una salud’

Coincidiendo con la fecha (07/04/1948) en que se fundó la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo cuya misión es la consecución de la salud en todas las poblaciones, entendida como el completo bienestar físico, mental y social, se celebra cada año el Día Mundial de la Salud. Sin embargo, y significativamente, pues en aquellos años de la salud y producción de los animales dependían las hambrunas mundiales humanas, 24 años antes (25/01/1924) ya se había creado la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), entonces denominada Oficina Internacional de Epizootias.

No obstante, no es hasta el año 2000 cuando se comienza a celebrar, con carácter anual, el último sábado de abril, el Día Mundial del Veterinario. Iniciativa concebida por la Asociación Mundial de Veterinaria (AMV) para conmemorar el nacimiento de la profesión y la ciencia veterinaria. La Asociación Mundial Veterinaria (WVA) es la asociación de veterinarios más grande del mundo, representando a más de 500.000 profesionales a través de 95 asociaciones veterinarias en seis continentes.

Este año, bajo el lema ‘Veterinarios, comprometidos con una salud’ se reconoce la inestimable labor que realizan los veterinarios en pro de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente.

Y este año, más que nunca, es preciso recordar que los «Veterinarios, somos Sanitarios», puesto que constante y reiteradamente el Gobierno de España, y especialmente el Ministerio de Sanidad, ignora la importancia de una profesión que desde las primeras reglamentaciones sanitarias de 1848, ya se incluía, y se sigue incluyendo, en el ramo de la sanidad, junto a la medicina y la farmacia.

No parece lógico, no es justificable y parece surrealista, si no fuera por la gravedad del tema, que el Ministerio de Sanidad y la mayor parte de las Consejerías de las Comunidades Autónomas, hayan infrautilizado los conocimientos y recursos veterinarios para colaborar en la lucha contra una pandemia de origen animal como la covid, y resulta increíble que los centros veterinarios no estén catalogados e incluidos entre los centros, servicios y establecimientos sanitarios, o que se condecore a todas las primigenias profesiones sanitarias con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil de Sanidad, excepto a Veterinaria.

Mayor desprecio y más inmerecido no se puede llevar a cabo con una profesión. Por ello, el pasado 3 de abril, los veterinarios invadieron las calles de Madrid en una gran manifestación que recogiendo el sentir de todas las esferas de la profesión, clamó al gobierno de la nación: «Somos Veterinarios, Somos Sanitarios. Cuidamos de tu Salud», y que constituirá el origen de otra constante serie de movilizaciones que pretenden situar a la veterinaria donde tiene que estar: en el eje de la Salud Pública. Entendida ésta de una forma holística que conjuga el bienestar y salud de los animales, la salud medioambiental y la seguridad alimentaria.

Desde el Sindicato de Veterinarios de León (Sivele-Uscal) se han sumado al conjunto de las reivindicaciones llevadas a cabo en la Manifestación, ya enviadas al Presidente del Gobierno, y que se concretan en un decálogo.

*Reconocimiento real de la veterinaria como profesión sanitaria en todos los ámbitos sociales y administrativos de actuación.

*Promoción de la Veterinaria de Salud Pública, entendida como el conjunto de acciones encaminadas a proteger la salud de la población humana frente a peligros biológicos, físicos, químicos o nutricionales derivados de la vida animal o de sus producciones.

*Equiparación de los Veterinarios de España a los europeos.

*Integración plena de todos los recursos humanos que trabajan en la Veterinaria de Salud Pública en el Sistema Nacional de Salud. Y la creación de una categoría profesional sanitaria ‘veterinario de salud pública y comunitaria.

*Reestructuración profunda de la organización de Salud Pública actual, que permita aumentar la efectividad, eficacia y eficiencia en la labor preventiva del SNS, con la creación del Centro Estatal de Salud Pública bajo la dependencia Orgánica del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, con una Subdirección General de Veterinaria de Salud Pública en el Ministerio de Sanidad.

*Reconocimiento y desarrollo de la carrera profesional sanitaria de todos los veterinarios oficiales que desarrollan actividades de salud pública, en los mismos términos que el resto de personal sanitario del Sistema Nacional de Salud.

*Creación y desarrollo de una especialidad propia, dentro del modelo de formación especializada en ciencias de la salud, de Veterinaria de Salud Pública y Comunitaria.

*Consideración plena de los centros veterinarios como centros sanitarios, ya que son barrera esencial para el mantenimiento de la Salud Pública Comunitaria.

*Incorporación de la veterinaria en la vigilancia en salud pública (Red de Vigilancia Temprana de Zoonosis e Indicadores de Salud). Así como en las estrategias de lucha frente a las Resistencias a los Antibióticos.

*Instauración del tipo impositivo de IVA sanitario en la facturación de los servicios profesionales veterinarios.

*Cumplimiento de la normativa vigente en materia de prevención de riesgos laborales.

*Reconocimiento de la Veterinaria como una ‘profesión de riesgo’ que permita en base a ello que los veterinarios, como profesión sanitaria de riesgo, puedan prejubilarse sin que se vea afectada su pensión.

*Mayor dotación para la Formación Universitaria del Grado de Veterinaria.

*Desarrollo de un modelo de Formación Clínica Especializada de postgrado, equiparable y homologable a otros países.

*Lucha contra el intrusismo.

Para finalizar, recordar el tema marcado este año como prioritario por AMV, fomentar la toma de conciencia sobre la carga física y mentalmente así como el estrés, que implica el desempeño de nuestra profesión. Los veterinarios, necesitan las herramientas y el apoyo adecuados para mantener su salud y bienestar personal.