«Hay que apostar por la energía fotovoltaica»

—¿Cuál es la energía del futuro?

—Las que estén distribuidas. Cuanto más cerca del consumo más sostenibles son. Las sociedades humanas están distribuidas en grandes ciudades, como es el caso de Madrid, que es un gran sumidero de energía y no produce nada. El impacto se lo comen los de alrededor. Lo ideal sería que todos los edificios tuviesen en sus cubiertas sistemas de aprovechamiento de energía solar y eólica, con minigeneradores solares, sistemas de captación de agua de lluvia. Hay muchas cosas por hacer que reducen sustancialmente el impacto. Eso es más sostenible que hacer megaplantas eólicas y solares, que son necesarias, pero hay que evitar localizarlas en zonas que produzcan impacto ambiental y colocarlas lo más cercanas posible a las grandes ciudades de consumo. Hay que recordar que la fuente de energía nuclear, de la que se habla de forma recurrente con intereses particulares, es una energía fósil. El uranio es limitado y uno de lo principales vendedores es Rusia. Las centrales necesitan grandes inversiones y entre diez y veinte años de construcción, además de consumir gran cantidad de agua. No son sistemas por los que haya que apostar teniendo la fotovoltaica tan simple, directa y sencilla, que es por la que hay que apostar, sin duda.