Diario de León

La gesta de los 15.000 leoneses que salvan vidas gota a gota de sangre

Cuando la solidaridad se lleva en la sangre. La Hermandad de Donantes de Sangre de León ha recibido este viernes el XVII Premio al Desarrollo Social y los Valores Humanos de León por su labor de medio siglo como canal de la donación altruista de un bien de primera necesidad sanitaria. Ocho donantes cuentan por qué lo hacen.

Foto de familia con los galardonados y las autoridades. RAMIRO

Foto de familia con los galardonados y las autoridades. RAMIRO

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A. Gaitero / C. Tapia
León

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Más de 15.000 personas son donantes activos de sangre en León y un total de 72.265 han aportado, gota a gota, bolsa a bolsa, las 464.391 donaciones contabilizadas desde que el 8 de marzo de 1972 se puso en marcha la donación altruista en León. La Hermandad de Donantes de Sangre de León aglutina a estas personas que contribuyen al bien más preciado, la salud, con la solidaridad hecha sangre.

Diario de León reconoce esta labor con el XVII Premio al Desarrollo Social y los Valores Humanos que recibirá hoy en un acto en el Museo de la Semana Santa de León que contará con la presencia del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, la presidenta de Diario de León, Adriana Ulibarri, y una amplia representación de la sociedad leonesa.

Ocho donantes, entre veteranos y jóvenes, cuentan sus motivaciones para ejercer la solidaridad dando su propia sangre. Son un pequeño mosaico de los rostros que a diario suministran las 50 bolsas de sangre necesarias para las transfusiones que se hacen en el Hospital de León.

Grandes y jóvenes donantes con otras personas voluntarias, con el presidente, Martín Manceñido, con material de sensibilización. RAMIRO

Grandes y jóvenes donantes con otras personas voluntarias, con el presidente, Martín Manceñido, con material de sensibilización. RAMIRO

Desde que se hizo la primera donación en León, el 15 de abril de 1972, se estima que los donantes leoneses han salvado 6.000 vidas y otras 50.000 han mejorado su salud. La Hermandad de Donantes de Sangre de León fue fundada por José Antonio Lemonche y el médico Deogracias Vicente Mangas el primero en hacer una extracción altruista. El 15 de abril de 1972 comenzaba el hito de la donación altruista en León. Se acababa un tiempo en el que había que ir a buscar entre colectivos desfavorecidos o familiares la sangre que necesitaba con urgencia un familiar o ser querido. Medio siglo después solo en 80 países de los 198 que hay en el mundo la sangre no se vende.

MARTÍN MANCEÑIDO

55 DONACIONES

►► «Los donantes requieren cercanía y espíritu de colectividad»

El presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de León, Martín Manceñido Fuertes, realizó su primera donación con 18 años en Madrid. En su mente estaba el recuerdo de cuando su padre y su abuelo fueron a donar sangre para salvar a su madre. Desde entones, suma 55 donaciones, casi la mitad fuera de León, en países como Israel, México e Italia y en numerosos provincias españolas, dentro de su labor de difusión de la donación voluntaria y sin remuneración por el mundo. El hipertiroidismo le apartó de donar durante un tiempo y ahora la edad. Más allá de la sangre, Manceñido es el donante del tesón y la pasión por esta misión altruista desde hace 40 años. «En 1982, como empleadode la Vidriera, que tenía 400 trabajadores, me pidieron que organizara allí colectas», comenta. Desde entonces no ha parado. Realizó la primera informatización de los ficheros, cpilotó los primeros SMS por teléfono móvil en 1997 para avisar a los donantes, en un programa pilotado desde León; impulsó en 1983 la creación la Federación Autonómica y en 1986 la estatal. En 1996 promovió la creación de Fundaspe, para ampliar el abanico de la donación a órganos y médula ósea y apoyar a los países en vías de desarrollo a implantar la el sistma altruista. Desde 2006, la Comunidad, centraliza en el Centro de Hemoterapia de Castilla y León en Valladolid, pero el papel de las hermandades en sensibilizar y llegar a los territorios más remotos sigue siendo imprescindible. Un total de 170 delegados hacen esta tarea. Manceñido reivindica su misión: «Los donantes requieren cercanía y espíritu de colectividad». Para ello es imprescindible el apoyo de las instituciones, que a veces se tambalea.

JUAN CARLOS BOIXO

119 DONACIONES

►► «Me hice donante por la prensa y también doy mi plasma»

Este veterinario jubilado de 65 años es uno de los grandes donantes de la hermandad. Puso el brazo por primera vez, en la sede de la calle Ramiro Valbuena, hace 35 años. «Es una satisfacción personal y el cumplimiento de la obligación moral de ayudar a los demás», comenta.

Boixo seguirá donando «mientras me dejen». Y no solo sangre, porque también es donante de plasma. «Me lo propusieron, probé y lo seguí haciendo», explica. La donación de plasma supone la extracción de la sangre completa con la reversión al cuerpo del donante de las células que están en suspensión (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).

«Al principio, la donación de plasma la hacíamos en el hospital, ahora ya se hace en el centro de José Aguado», explica. También ha cambiado el sistema de extracción del plasma. «Antes nos inmovilizaban los brazos porque sacaban por uno y nos devolvían los glóbulos rojos por el otro», añade este gran donante que recuerda, entre las anécdotas, que «alguna vez me tuvieron que arrascar la nariz, al tener los brazos atados». La facilidad con se realiza ahora todo el proceso con un solo brazo es un avance que agradece. Boixo está «orgulloso» por el premio que hoy recibe la hermandad: «Se lo merece por el esfuerzo continuado y porque gracias a ella personas como yo hemos conocido la posibilidad de colaborar».

ANA MARÍA ESCOBAR

94 DONACIONES

►► «Con unas pocas gotas de sangre se salvan vidas, es lo más bonito»

Desde el mismo día que cumplió los 18 años es donante de sangre. Fue su regalo de cumpleaños y «seguiré mientras la salud me lo permita, me dará mucha pena dejarlo», comenta esta leonesa de 62 años que, con 94 donaciones, figura en el palmarés de los grandes donantes. «Con unas pocas gotas de sangre se salvas vidas. Es lo más bonito que puedes hacer», subraya. «Eso no hay dinero ni premio que lo pague».

La donación de sangre tiene un límite que varía de hombres a mujeres. Los hombres pueden donar cuatro veces al año, una vez cada tres meses, mientras que las mujeres sólo tres, cada cuatro meses. «Por eso las mujeres suelen tener menos», explica Ana María. En su caso, una operación y épocas en las que ha tenido el hierro bajo son las únicas circunstancias que le han apartado de la donación, que prefiere hacer en la unidad móvil que para en Botines todos los miércoles. «Prefiero el autobús, mejor que ir al centro de donación de José Aguado», precisa esta funcionaria de la Junta jubilada. El punto fijo está abierto de lunes a viernes, en turno de mañana o de tarde, según cada semana, para las colectas de sangre. Ana María señala que la hermandad merece el premio «por la generosidad que representa y lo que hace por toda la sociedad leonesa».

JOSÉ LUIS GARCÍA GÓMEZ

172 DONACIONES

►► «Siento que doy algo de lo mucho que me ha dado la vida»

Hace cincuenta años nació la Hermandad de Donantes de Sangre de León y casi otros tantos José Luis García Gómez cumple de donante. «Estaba estudiando en Burgos y me avisó un compañero. Al principio tenía miedo a que me mareara con las agujas, pero fue todo bien y aquí sigo», comenta este maestro y profesor de Ciencias Sociales.

Con 71 años y 172 donaciones también figura en el palmarés de los grandes donantes. «Ahora solo dono cada seis meses por la edad», matiza. José Luis asegura que al donar «siento que doy algo de lo mucho que me ha dado la vida; es una gran satisfacción», por lo que anima a todos los leoneses que puedan a realizar este gesto. La edad mínima para donar son los 18 años y la salud es otro filtro. El Centro de Hemoterapia realiza nada menos que siete pruebas diferentes a toda la sangre que llega.

José Luis es donante de órganos y en su testamento ha incluido que todo lo que la ciencia pueda aprovechar de su cuerpo lo utilice. «Cuando tenía 40 años doné mi cadáver a la ciencia, en la facultad de Medicina de Santiago de Compostela. Después me dijeron que ya no les hace falta», señala. Nunca ha necesitado una transfusión ni tampoco su familia y su sangre ha quedado en todos los destinos que ha tenido como docente.

JESÚS DEL TORO

140 DONACIONES

►► «Me siento bien donando sangre, es un hábito de vida»

Jesús del Toro tiene 65 años y lleva donando sangre desde los 19. En este tiempo ha realizado este gesto altruista 140 veces, lo que le ha valido la insignia de gran donante de sangre. Su grupo sanguíneo es el universal, el 0-. «Un compañero me inscribió a los 19 años en Cruz Roja y empecé a donar. Después estuve muchos años sin ir porque lo abandoné un poco cuando era más joven. Después lo retomé y desde entonces voy cuatro veces al año». Para Jesús del Toro donar sangre se ha convertido en un hábito que le hace sentir bien «porque puedo ayudar a otras personas, que es la manera en la que puedo hacerlo».

Jesús del Toro no conoce a nadie que haya necesitado alguna vez sangre para salvar su vida «pero si por lo que sea no puedo ir a donar lo echo de menos. Yo creo que donar sangre no hace daño a nadie, al contrario, ayudas a mucha gente. Y quién sabe, esta vida es muy larga y nunca saber cuando lo puedes necesitar. Así que cuando empiecen que nunca lo dejen. Yo corría maratones, que tuve que dejar porque me lesioné la rodilla, y nunca dejé de correr aunque donaba sangre. Salía más alegre». Recuerda que en los años 80, fuera de la Hermandad de Donantes, se podía vender la sangre. «Yo fui alguna vez, me daban 500 pesetas cada vez que donaba, pero no me gustaba, no me sentía bien. Luego todo eso lo quitaron y desde entonces está mucho mejor organizado porque la sangre tiene muchas pruebas».

MARÍA AURORA LÓPEZ DEL POZO

5 DONACIONES

►► «Parece que la juventud no dona, pero para mí es muy satisfactorio»

Cinco años como donante habitual y cinco donaciones de sangre del grupo 0+, una por año. María Aurora tiene 25 años y extendió su brazo por primera vez a los 20. La animó una campaña de captación de donantes de las habituales de la Hermandad en el campus de Vegazana de la Universidad de León cuando estudiaba Integración Social. «Me hice donante porque para mí es muy agradable sentir que hago algo por otras personas, aunque no las conozca. Cuando acabo de donar sangre me siento muy bien pensando que alguien, en algún lado, se va a beneficiar de mi acto».

María Aurora es la cara que representa al relevo generacional, la que rejuvenece el perfil de los donante de León, un grupo de edad al que la Hermandad de Donantes de Sangre quiere fidelizar para que el acto altruista de un día en concreto se convierta en un hábito de por vida. «Soy joven y tiene que haber más representación de mi edad. Parece que no donamos, pero sí lo hacemos y nos involucramos. Animo a la gente de mi edad a que lo pruebe, que se va a sentir muy bien después. Además te dan zumo y bocadillo después».

LAURA LUENGO CAÑIBANO

20 DONACIONES

►► «No te das cuenta de lo que puedes ayudar hasta que lo necesitas»

Laura Luengo tiene 29 años. Desde que tiene 18 años, cuando realizó su primera donación de sangre, ha extendido el brazo veinte veces en once años. El ejemplo de su padre, gran donante hasta su fallecimiento hace dos años, la empujó de manera natural a continuar con este gesto altruista. Su mayor pesar es no tener el mismo grupo sanguíneo que su padre, el 0-. «Este grupo sanguíneo es el universal y donar la sangre de este grupo es algo muy especial porque llega a mucha más gente». El RH de Laura es el A+, lo que supuso para ella «uno de los mayores pesares» por no poder seguir la misma estela que su padre, que inició su largo recorrido como donante tras presenciar un accidente de tráfico que le marcó en la necesidad de donar. «Por otra parte me gusta pensar que el A+ es el que más se necesita y es el que yo tengo».

Laura dona tres veces al año «todo lo que me permiten», lo que suma ya en su historial veinte donaciones. «Mi padre tuvo un cáncer de vejiga por el que tuvo que someterse a varias operaciones y después metástasis de hueso. Yo lo acompañaba al Hospital cuando recibía la quimioterapia y veía a personas que recibían transfusiones de sangre. Supe lo importante que era la donación para salvar otras vidas y me he hecho donante de todo. Mi padre, después de ser donante toda su vida, necesitó también sangre durante su enfermedad. Nunca te das cuenta de lo que puedes ayudar hasta que lo necesitas».

INMACULADA BENÉITEZ

54 DONACIONES

►► «Doné por primera vez con el orgullo de ver a mis padres hacerlo»

Trabajadora de la Hermandad de Donantes de Sangre y también donante. «Me acerqué a donar por primera vez con el orgullo de haber visto a mi padre y mi madre donar los dos juntos, y la conciencia de saber que ayudaba a los demás. Su primera donación fue a los 18 años. Ahora, con 54, es la única trabajadora que permanece en las oficinas de la sede en la calle Ramiro Valbuena, donde comenzó su vida laboral en 1989. «En la sede nos ocupamos de la promoción, de avisar a los donantes y de las distinciones. Hay mucha gente que da por hecho que la sangre siempre va a estar ahí cuando lo necesiten, pero se reconoce poco la labor de los donantes de sangre, que están ahí detrás».

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