Diario de León

Día Internacional

El pueblo gitano llama a la sociedad leonesa a "caminar juntos"

La primera huella escrita de la presencia del pueblo gitano en la capital se remonta a 1584: "Seguimos creciendo, pese a las fatigas"

Acto del Día Internacional del Pueblo Gitano. A. G.

Acto del Día Internacional del Pueblo Gitano. A. G.

León

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El cielo es su techo, el campo el mundo por el que transitan y la rueda les recuerda de dónde vienen. Los tres símbolos de la bandera del pueblo gitano —azul, verde y la rueda, que también está en la bandera de la India— hablan de libertad y de la historia de un pueblo cuyas raíces leonesas se rastrean documentalmente en el siglo XVI.

Hoy rememoraron su legado cultural y su papel en la sociedad leonesa en el acto conmemorativo del Día Internacional del Pueblo Gitano que se celebró al lado del río, junto al mural de homenaje que luce el muro bajo la bolera del puente de San Marcos. 

«Reivindicamos nuestra presencia en este precioso país, la hermosa España», afirmó Jesús Hernández, como hombre de respeto de la comunidad gitana leonesa.

Hernández recordó que el 8 de abril —se ha celebrado dos días después por caer en domingo y pascua de resurrección— es el «día de la gitanidad y la Hispanidad porque los gitanos disfrutamos del privilegio de ser españoles y gitanos».

En el manifiesto, María Hernández hizo un recorrido por los símbolos y la historia del pueblo gitano en León, cuya presencia que se remonta al menos a 1584, fecha del primer documento escrito que menciona la presencia gitana en León. La cita parece en el cuarto libro de las Disquisiciones sobre la magia del padre Damián del Río, «en el que habla de la capacidad idiomática de nuestros antepasados». «La horda de gitanos que llegó a León en 1584 y de los cuáles decía: ¿Y qué pensar de su capacidad de hablar distintos idiomas? Evidentemente, este linaje de personas debía de tener sobre sí alguna maldición o condena religiosa»

Desde el siglo XVI, «la comunidad gitana en León ha seguido creciendo, pese a todas las fatigas, el aislamiento en los márgenes de la ciudad», añadió citando unos versos de Pepe Heredia: «Asusta ver las ciudades cómo crecen las ciudades/ del lado del suburbio / sobre todo del lado dolorido».

Cuatro siglos largos después, recordaron ayer,  «seguimos creciendo y ofreciendo a nuestra ciudad lo que somos, nuestra alegría, nuestra capacidad de superar las piedras que encontramos en el camino, nuestra biofilia o amor a la vida, nuestra forma de respetar a las y los ancianos en esta ciudad ya envejecida y nuestra capacidad de conseguir nuestros propósitos cuando nos juntamos y luchamos a una».

María Hernández reivindicó y felicitó al pueblo gitano en su día internacional por los logros jurídicos y de reconocimiento del Estado con la aprobación de la de los últimos años, como la inclusión del antigitanismo en la conocida como Ley Zerolo y el reciente pacto de Estado por el antigitanismo para la no discriminación del pueblo gitano. 

«Estamos orgullosos», afirmó. «Esto ha sido consecuencia de los años de lucha de la sociedad civil gitana organizada por el pueblo gitano, desde el pueblo gitano, para el pueblo gitano y con el pueblo gitano. Hecho que no hubiera sido posible sin representación gitana en el Senado y el Comgreso», subrayó.

Otro motivo de orgullo que trajo a colación fue el haber sido protagonistas de la primera manifestación de la Transición reivindicando «pan, trabajo y casa». «No somos un pueblo dócil cuando pisan nuestros derechos», advirtió. La unión, añadió, es otro de los grandes valores del pueblo gitano, «nos ha permitido sobrevivir a las más de 200 programáticas antigitanas dictadas por el Estado español y será la que nos permita seguir avanzando en la consecución de logros».

En un día de orgullo también hubo cabida para la reivindicación. Pidieron que «el peso de la ley» caiga sobre los autores de los dos pogromos del pasado verano en Illora (Granada) y Peal de Becerro «donde todavía no hay ninguna persona paya» ni siquiera investigada por las seis viviendas quemadas, hecho que dejó sin hogar a 22 adultos y 9 menores. «De poco valdrán las leyes si no se ponen en marcha», subrayó.

Con las «cabezas altas y los corazones resilientes» recordaron a los muertos y asesinados más recientes. A los primos Eleazar García, Stanislao Thomas, George Floyd, el primo Manuel de Huelva, a Daniel Jiménez o a la prima griega Olga. Todas ellas personas asesinadas por su condición gitana en diferentes lugares y circunstancias. 

«Caminemos juntos», dijo en romanó (ibilemos sun parales) Jesús Hernández tras agradecer a los leoneses y leonesas su adhesión a la conmemoración y la presencia de las autoridades.

El alcalde de León, José Antonio Diez, animó a trabajar juntos «por un León mucho mejor» porque «unir fuerzas es la manera de salir adelante». El acto se cerró con el himno gitano Gelem, Gelem y las palabras del saludo gitano: Sastipén Talí (salud y libertad en romanó).  

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