Diario de León

Donde el pecado de la gula siempre tiene bula

El ayuntamiento de Gradefes celebra en el mes de agosto una nueva edición de la feria ‘Dulces del Convento’, que cumple ya siete años

Imagen de una edición anterior de la feria Dulces de Convento. JESÚS F. SALVADORES

Imagen de una edición anterior de la feria Dulces de Convento. JESÚS F. SALVADORES

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Llegan de toda España para demostrar que los dulces siguen siendo un asunto eminentemente celestial. Y no hay mejor escenario para acoger a las monjas reposteras que Gradefes, donde cuantos caigan en la tentación de la gula podrán hacerlo con pecados como almendrados, amarguillos, yemas, cocadas, galletas de nata, perrunillas, semáforos, bocaditos de ángel, perrunillas, empanadillas de cabello de ángel, delicias de nuez, damianitas, isabeles, nogalitos, caprisanos, aleluyas, alegrías y, que no falten, los sequillos del monasterio de Gradefes. Si hubiera que beber, hay dónde hacerlo y también qué: por ejemplo, vino dulce de misa, vino para el refectorio o cerezas de aguardiente con orujo.

Una treintena de conventos de toda España se acercaron el año pasado hasta Gradefes en el mes de agosto. fecha en la que se celebra la feria Dulces del Convento. Y es que este lugar histórico es un espacio vital preeminente para la celebración de una de las ferias más esperadas del año. A la orilla del Esla, mecida por cuatro monumentos asombrosos y a los pies de una de las ciudades romanas cantadas por los historiadores clásicos, se reúnen religiosas de todo el país en una edición que este año celebra su séptima edición. Como una apuesta del ayuntamiento de Gradefes por divulgar los monasterios que constituyen una excepción en el arte español —San Miguel de Escalada, Gradefes, San Pedro de Eslonza y Villarmún— miles de personas aprovecharán este domingo el buen tiempo para adquirir dulces en alguno de los puestos de religiosas que vienen de toda España para demostrar que el sabor divino está al alcance de los mortales. El último año más de dos mil visitantes aprovecharon la feria para pasar el día en este triángulo patrimonial de la provincia y visitar los monumentos que se destilan a lo largo de la ribera. Serán, como siempre, las propias religiosas las encargadas de contar cómo se elaboran los dulces manjares que venden en sus conventos. Cada uno de los puestos ofrecerá dulces y bebidas típicos del monasterio con lo que la variedad está garantizada puesto que que hasta Gradefes se acercan hermanas de Sevilla, Burgos, Toledo, Madrid y un larguísimo etcétera de religiosas que siguen conservando la oración, el trabajo y endulzar la vida entre sus quehaceres diarios.

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