Diario de León

Cuatro leonesas pioneras con Cruz Roja

Las leonesas Ana Isabel Martínez de Paz, Carolina Rodríguez, Laura Estrada y Marisa Flórez comparten hoy mesa como mujeres referentes, una palabra en la que no se ven o les produce mucha responsabilidad. Cruz Roja Española de León organiza esta cita a las 17.00 horas en el salón de actos del Ayuntamiento de León (entrada por Alfonso V) con motivo del Día de la Mujer.

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Ana Isabel Martínez de Paz es la única mujer que ha coronado más de cien veces el Naranjo de Bulnes. Por encima del triunfo deportivo, señala que el hito más importante ha sido «controlar mis miedos» y avanzar «conociendo mis limitacione». La montaña le ha enseñado a conocerse, a saber «que los obstáculos no son barreras infranqueables», a valorar la solidaridad, el compañerismo y el trabajo en equipo». «La unidad, en la montaña, no es la persona; es la cordada», el equipo «de dos o tres personas que se atan juntas a una cuerda, comparten experiencias, logros y, lo que es más importante: la vida», recuerda. Martínez de Paz anima a las nuevas generaciones a que trabajen y perseveren en busca de sus objetivos». «Ser una referente es una gran responsabilidad» y le gustaría inspirar por la «voluntad, tesón y esfuerzo». Sus referentes femeninas son las cainejas Isabel Pérez Pérez y Teófila, primas entre sí y nietas de El Cainejo que en 1935 fueron en las primeras mujeres en subir el Naranjo. «Es un enigma cómo fueron capaces de subir y sobre todo bajar esa mole», conocida también como Pico Urriello. En la vida sus referentes son «mis padres, personas honestas, generosas y con una gran dosis de alegría, y mis maestros y compañerose Montaña: César, mi compañero en la vida, Isidoro, Adelo, Pedro Udaondo, Bernabé…». «Ellos me han enseñado lo que sé para moverme en la montaña y, también, para progresar en la vida».

Seguir subiendo montañas, «no importa su altitud, su dificultad o su lejanía» es su reto. «Me preparo constantemente para estar en forma y tengo entusiasmo» para volver a la montaña, siempre que sus quehaceres y la salud se lo permiten.

Carolina Rodríguez en una foto de archivo.

Carolina Rodríguez en una foto de archivo.DL

Carolina Rodríguez: «Las mujeres cercanas a mi entorno me parecen súper heroínas»

Carolina Rodríguez Ballesteros fue gimnasta rítmica de la selección nacional, oro individual en los Juegos Mediterráneos de 2013 y olímpica. Ahora estudia y es madre de una niña. «No hay ningún proyecto que me haya hecho centrarme tanto ahora». Su fulgurante carrera le enseñó que el galón más preciado es el esfuerzo.

«Hoy en día vivimos con la necesidad de una recompensa inmediata. En mi caso, por mi propia experiencia, he tenido que fallar muchas veces para obtener un momento de gloria». Dedicarle tanto tiempo, «no es una pérdida, te enriquece». Además, «me doy cuenta de que he sido capaz de compaginar muchas cosas a la vez». Más allá de los triunfos deportivos, «el otro hito importante para mí es haber sido madre y formar una familia».

«No he tenido dificultades por ser mujer y mucho menos en un deporte como la gimnasia rítmica. He tenido otro tipo de dificultades y no tienen nada que ver con el género», subraya.

Actualmente han cambiado las exigencias técnica y en la competición «no tenemos a Rusia y Bielorrusia debido al conflicto», siendo las primeras potencias mundiales. «Hay más gente que practica el deporte sin la exigencia de competir y ser la número uno». Rodríguez aboga por fomentar «el bienestar y hacer deporte disfrutando». «Me alegra saber que ahora mismo han mejorado las condiciones».

Como referentes femeninos incluye a «todas aquellas mujeres que se esfuerzan cada día por dar lo mejor de sí mismas. Las mujeres cercanas a mi entorno, me parecen todas unas super heroínas».

Sobre el caso de Jenni Hermoso, sin conocer detalles, afirma que el beso de Rubiales «no tenía que haber sucedido».

La policía nacional Laura Estrada ayer en el Centro Nacional de Seguridad.

La policía nacional Laura Estrada ayer en el Centro Nacional de Seguridad.DL

Laura Estrada: "Solo soy una mujer valiente que persigue sus objetivos"

«No me considero referente, tan sólo una mujer valiente que persigue sus objetivos», asegura Laura Estrada, policía responsable de Paticipación Ciudana de la Comisaría Provincial de Leon. Va a cumplir 20 años en el cuerpo y desde ayer luce la Medalla al Mérito en Cibedefensa, de la Asociación Profesional de Peritos en Nuevas Tecnologías (Petec). Sus valores son «mucha constancia y perseverancia, sin miedo al fracaso y con decisión» y lo que cree que puede inspirar a las nuevas generaciones es que «en esta vida nada es fácil y nunca debemos permitir que nadie nos diga que algo no podemos conseguirlo, lo difícil sólo tarda un poco más.

Laura Estrada, que ha priorizada la crianza a la carrera profesional en los últimos años, subraya que «detrás de un sueño, hay mucho trabajo, esfuerzo y dedicación». La vocación de ser policía la recuerda desde pequeña. «Fui siempre una niña activa, me ha llamado mucho el romper moldes, luchar por lo que me haga feliz, defender lo justo y todas aquellas cosas en las que creo». Los obstáculos no le han parado en la persecución de sus sueños. Sobre el trabajo que desempeña señala que «ser policíoa es tener otro ADN, es una profesión vocacional y quien no la tenga creo que se ha equivocado de lugar, adoro mi profesión y no he podido elegir un camino mejor».

«Mi referente siempre ha sido mi madre, con mayúsculas, un ejemplo de mujer valiente y humilde y sobre todo, buena persona. Hace ya 15 años que nos dejó pero cada momento en mi vida bonito, siempre miro al cielo y sonrio», señala. Su lema es «trabajar en silencio y dejar que el ruido lo hag ael éxito».

La fotógrafa Marisa Florez, testigo de la Transición

Marisa Flórez en una imagen de archivo.Gorka Lejarcegui /EDP El país

Marisa Flórez: "En la Transición, la mujer se significó y dio nuevas imágenes"

Marisa Flórez es una de las pocas fotógrafas que retrató la Transición. Esta leonesa que estudió en las Carmelitas de Guzmán y se convirtió en reportera gráfica del diario El País en aquellos años trepidantes de la vuelta de la democracia ha sido testigo con su objetivo de la entrada en el espacio público de las mujeres españolas. «La mujer empezaba a formar parte de ese panorama tan machista y de un mundo que tenía que ir hacia la igualdad», comenta. Tanto en el Parlamento como en la calle, «la mujer se significó y nos dio unas imágenes muy novedosas». La fotografía respondía al mismo patrón, un mundo masculino con pocas mujeres al principio sobre todo en los espacios de más poder, como el Parlamento o la jefatura del Gobierno. «Durante años me vi bastante sola», admite y de alguna manera formó parte de «ese panorma en el que la mujer tenía que estar». «Desde el principio, también intentó «tratar de tú a tú a los compañeros». Y lo consiguió pronto. En 1979 ganó el Premio Nacional de Periodismo, retrató (y fue la foto de una portada soberbia) la soledad de Adolfo Suárez en el Congreso en su ocaso. Dejó constancia gráfica del retorno de los exiliados en las figuras de Rafael Albertio o Dolores Ibárruri, Pasionaria, y captó una de las imágenes simbólicas del destape con Susana Estrada enseñando un pecho junto al alcalde de Madrid. Marisa Flórez señala que ser mujer, en sí, no da una mirada distinta. «Son los individuos, las personas y sus creencias y experiencias», alega. De los avances que destaca las mujeres menciona el acceso a puestos de decisiones en la economía, «era impensable que participaran en consejos de administración» o que sean mayoría en la universidad, aunque «queda que avanzar para la igualdad».

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