Diario de León

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GUERRA DE TRAPO viene siendo la griesca de prau que con trinchera y todo le viene planteando a la universidad de León el frente juvenil de los leonesistas que ceremonialmente se llama Conceyu Xoven (me digan, por favor, cómo coños se pronuncia esa jodida x porque, aun siendo leonés, jamás la mamé en lengua materna y, cada vez que la soplo, pijo parezco). La guerra es por una bandera leonesa que, a lo que parece, el rectorado se resiste a colocar junto a las otras banderas rabadanas que trapean en balcones o se pinan en despachos, ya ves qué dramón. Uno llegó hace tiempo a concluir que las banderas acaban siendo una cortina que sirve para que la historia tape sus crímenes o bendiga sus odios. Es un peligroso salvoconducto tras el que desfila un porrón de gente inocente o ingenua y un sempiterno cupo de canallas y mercaderes, que son siempre los encargados de bordarla, de besarla, de jurarla y de liársela a la cabeza para erigirse en más patriotas que ninguno. Malo. Una bandera acaba teniendo más de sudario de la razón humana y universal que de lienzo donde se escriben los sueños y las concordias. Te recuerdo que bandera viene de bando; y bando viene de banda, de raya trazada en el suelo para separar a unos de otros. No me gusta lo que pretenden exigirme las banderas y aun menos cuando vienen ondeando con imperativos o lealtades incondicionales. Si la bandera es nuestra madre, tal y como se proclama en juramentos cuarteleros o invasiones, no es raro que me sienta en muchas ocasiones como un verdadero hijo de puta. La bandera del hombre es su trabajo y su amor, únicas canteras de donde sale la honra sólida y no los honores de lazo y estandarte. Y en cuanto a la bandera cazurra, ¿quién determinó que sea esa la que nombre a León y no un pendón de colorines o de Baeza; quién despreció un caminante león románico y nos endosó la rampante fiera austríaca que se luce hoy; quién se bajó los pantalones coronando un escudo con el emblema del rey, cuando todos los concejos de «homes libres» de esta tierra aborrecieron y lucharon contra realengos, señoríos y coronas con servidumbres; por qué no es rojo carmesí como lo fue y se quedó en púrpura teñida en sangre mora? ¿Y por qué un partido se adueña en exclusiva de esa enseña?

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