La figura del suicida al extremo. Hamas y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa no tienen problemas para reclutarlos. Se les entrena física y psicológicamente durante 1 año.
A pesar de que se ha impuesto esta tendencia en los últimos años, el terrorismo islámico no sólo utiliza suicidas. El martirio no es muy popular entre parte de la militancia, sobre todo en países del Magreb.
Busca objetivos simbólicos con los que presionar al Gobierno. Sus practicantes no afrontan los mismos riesgos que el terrorismo islámico, de hecho tienen orden de colaborar si son detenidos.
Países como Libia lo practicaron en décadas pasadas. Se trata de un terrorismo perpetrado por profesionales y respaldado por un aparto estatal. No tiene mucho que ver con los anteriores.
Al margen de estas tendencias existen grupos con otras motivaciones. Desde las FARC, que se alimentan del narcotráfico, hasta la secta Aum Shikriyo, que utilizó gas sarín en el metro de Tokio.