Diario de León

Cada localidad de Castilla y León con más de 20.000 habitantes tendrá una planta de tratamiento de residuos

El creciente auge de la construcción dispara la generación de escombros

La legislación apuesta por nuevos métodos de gestión y un código de «buenas prácticas»

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Miguel J. Tré - león
León

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Los residuos de construcción y demolición (RCD), más conocidos como «escombros», proceden de derribos de edificios y de rechazos de los materiales de construcción. En la actualidad, la mayor parte tienen como destino el vertedero, una opción que impide que sea económicamente viable cualquier alternativa más ecológica. De esta forma, su gran cantidad y volumen provocan la rápida colmatación de los vertederos municipales y, en el peor de los casos, el vertido incontrolado, que puede llevar unido su posible uso para depositar otro tipo de residuos. Además, no hay que olvidar ni su enorme impacto visual y la emisión de polvo que generan, ni el impacto ambiental debido al despilfarro de materias primas que implica el tipo de gestión actual que no contempla la reutilización o el reciclado. España se encuentra en los últimos lugares en cuanto a reciclado de escombros debido al escaso precio del árido. Según indican los expertos, mientras en Holanda la tonelada cuesta unos 20 euros y se recicla más del 90%, como en nuestro país no llega a 2 euros, el reciclado no arraiga entre las constructoras. Plan de Gestión En la actualidad, la Consejería de Medio Ambiente está concluyendo la elaboración del Plan de Gestión de RCD cuya finalidad es disminuir este tipo de residuos y fomentar su separación en origen. Para ello, el documento contempla concienciar al sector sobre las ventajas de un tratamiento adecuado y la importancia de poner en marcha un código de «buenas prácticas» para su correcta gestión que haría necesaria la instalación de contenedores para distintos materiales. Además, se pretende poner fin a las escombreras incontroladas y que la recuperación alcance el 60% en el año 2007. En este sentido, en la Estrategia Regional de Residuos se indica que la producción de estos desechos supera anualmente en Castilla y León los 2,5 millones de toneladas (el 4,2% del total nacional), tomando como ratio 1 Kg. por habitante y año, casi el doble del considerado en el Plan Nacional de RCD (0,52) y también superior a la media europea -0,48 kilos por habitante y año-. Además, de continuar la tendencia alcista, en el primer horizonte de la citada estrategia se calcula que en el año 2006 la generación de estos residuos habrá superado el 9%. Según se recoge en el texto, el Plan de Gestión prevé que cada localidad de Castilla y León con más de 20.000 habitantes disponga de una planta de tratamiento de escombros, de gestión privada y subvencionada por la administración regional. Las constructoras depositarán en ellas los materiales previamente segregados y abonarán una tasa similar a la que pagan ahora cuando acuden a los vertederos municipales. Conviene recordar que Burgos es pionera en nuestra Comunidad al disponer desde hace más de dos años de una planta de tratamiento, ubicada muy cerca de la capital. Los residuos, una vez tratados, ya se emplean como base para pistas de atletismo, rellenos de explotaciones mineras y obras públicas o para completar el firme de algunas infraestructuras.

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