Diario de León

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Paseo de amor por Albarracín

Los Príncipes inician su luna de miel en Cuenca y lo continúan por Aragón. El viaje provocó la sorpresa de ciudadanos y políticos de las localidades que no esperaban la visita

Arriba, en Albarracín. Abajo, con el déan de la catedral aragonesa

Arriba, en Albarracín. Abajo, con el déan de la catedral aragonesa

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Tomás García Yebra - cuenca
León

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Pocos pueblos quedan en España que le dejen a uno con la boca abierta. Albarracín es uno de ellos. Esta localidad turolense, de 1.135 habitantes y declarada Monumento Nacional en 1961, ha sido la segunda escala de los Príncipes Asturias en su recién estrenada luna de miel. Anoche llegaron a Cuenca: puente de San Pablo y morteruelo. El destino lo había escogido doña Letizia Ortiz. Ayer -elegido por don Felipe- ha sido un pueblo cuya parte vieja -la mayoría casas del siglo XVIII, aunque se encuentran ejemplares de los siglos XVII y XVI- fue rehabilitado con el yeso rojo característico de la zona. Cuando el sol luce en lo alto, el espectáculo de sus casitas coloradas, todas amontonadas y trepando hacia las alturas, es sobrecogedor. Don Felipe había visitado la localidad en el año 2000 -durante una viaje oficial por la provincia de Teruel- y le impresionó. Teruel -para los Príncipes- también existe. Pr la tarde llegaron a Zaragoza, donde pernoctaron. El matrimonio real llegó a Albarracín hacia las 13 horas. Al ser un paraje muy tranquilo, de calles empinadas y estrechísimas, nadie reparó en su presencia hasta que se bajaron en la explana del Museo Diocesano. Recorrido de las calles Allí, como dos turistas más, recorrieron las calles, la antiquísima muralla (siglo XI) y se hicieron unas cuantas fotografías en el mirador de la catedral. Ella iba vestida con una gabardina de color blanco. Él con vaqueros y jersey de sport. Una vez dada la voz de alarma -ni siquiera el alcalde sabía que estaban allí-, el pueblo se puso en movimiento. El director de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, (artífice de la rehabilitación urbana) les acompañó durante su visita al Museo Diocesano y el Palacio Episcopal. Jiménez y el heredero de la Corona estuvieron recordando la anterior visita del Príncipe. «Se acordaba de casi todo; se nota que le gusta este pueblo», dijo Jiménez. El director de la Fundación Santamaría recordó al Príncipe que el único miembro de la Familia Real que sigue sin conocer Albarracín es su padre. Hacia las 14 horas, los Príncipes de Asturias se desplazaron al restaurante Casa Santiago. Pasadas las 16.30 horas salieron de Albarracín rumbo hacia Zaragoza. El primer día de su luna de miel transcurrió en Cuenca. Su casco viejo y la impresionante vista de la hoz del río Huécar sobre el puente metálico de San Pablo quedarán para siempre en la memoria de los Príncipes de Asturias como los primeros lugares que visitaron en su recién estrenado matrimonio. Don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz eligieron la ciudad de las casas colgantes para pasar sus primeras horas como recién casados y su segunda noche de luna de miel antes de continuar su viaje hacia Albarracín y Zaragoza. Sus Altezas Reales abandonaron Cuenca no sin antes haber disfrutado de la riqueza patrimonial y gastronómica de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Don Felipe y Doña Letizia habían llegado a última hora de la tarde del domingo para hospedarse en el antiguo convento de San Pablo, hoy Parador Nacional de Turismo, donde habían reservado una habitación a otro nombre. Por este motivo los empleados del Parador y su director, Fernando Molina, fueron los primeros sorprendidos por la real visita.

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