Las desaladoras ahorrarán un 30% de energía más que el trasvase del Ebro

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, adelantó ayer que los informes ambientales del plan de actuaciones alternativo al trasvase del Ebro, aprobado en el real-decreto ley, señalan que el impacto sobre el terreno es menor que el que tendría la transferencia. Así, las más de 100 actuaciones suponen sólo el 3% de ocupación de terreno y el 3% de desplazamiento de tierras frente al trasvase de la Ley de Plan Hidrológico Nacional (PHN) ya derogado. El decreto ley será convalidaddo el martes por el Pleno del Congreso de los Diputados. «Hay enormes diferencias de impacto ambiental de una opción a otra, por ejemplo, en términos de ocupación de espacio. El tubo del trasvase supone una ocupación de espacio enorme frente a la ocupación de las actuaciones previstas, que está entorno al tres por ciento», indicó Narbona. Además, el trasvase hubiera generado un movimiento de tierras durante toda la conducción muy importante, según los informes ambientales. El Ministerio de Medio Ambiente también llevará a cabo una evaluación de impacto ambiental de carácter estratégico del conjunto de actuaciones, de acuerdo con la directiva europea de evaluaciones de planes y programas que entrará en vigor el 24 de julio. La ministra de Medio Ambiente explicó, en una entrevista concedida a Europa Press, que las desaladoras previstas en el plan de actuaciones alternativo el trasvase del Ebro consumirán un 30% menos de energía que llevar el agua del Ebro a Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. El trasvase hasta Almería requiere 11 bombeos, algunos de más de 1.000 metros por encima del nivel del mar, lo que equivale a una planta de 1.000 megawatios «sólo para el trasvase». La ministra adelantó que los nuevos hectómetros cúbicos de agua para Valencia y Murcia llegarán el próximo año procedentes de ampliaciones de plantas desaladoras. «Estamos analizando las posibilidades más inmediatas que son las posibles ampliaciones de algunas plantas que ya existen», apuntó la ministra. Narbona se mostró muy tajante en contra del trasvase del Ebro: «La transferencia del Ebro queda descartada para siempre, porque ese proyecto diseñado tal y como está es absolutamente inviable». La ministra comentó que una de las carencias del trasvase del Ebro detectada por la Comisión Europea es que no se conocían las tarifas del agua y que se habían generado expectativas.