¿Se pueden evitar?

El contagio se produce por contacto directo con una persona infestada, en particular al compartir ropas y objetos personales (jardines de infancia, colegios, campamentos). Por eso, se debe evitar que los niños intercambien peines, cepillos, gomas, gorros, bufandas, toallas, abrigos, auriculares y otros objetos de uso personal. Además, se aconseja llevar el pelo siempre limpio, cepillado frecuentemente, mejor corto que largo, o bien recogido en trenzas apretadas para evitar que la melena entre en contacto con otros niños. No se recomienda utilizar insecticidas, champúes, jabones o colonias con fines preventivos porque pueden crear resistencias. Estos productos deben ser usados sólo cuando se esté infestado o se hayan detectado piojos en el colegio, y conviene cambiarlos continuamente para que no se adapten a ellos. Su médico o farmacéutico le recomendará los más efectivos. El método tradicional más empleado, eficaz contra piojos y liendres, es aplicar vinagre templado en el pelo húmedo (evitando salpicar los ojos) y cubrirlo con una toalla durante una hora. A continuación, pasar la lendrera. Una vez detectado el problema, conviene informar al colegio o guardería para que tomen precauciones y aplicar el insecticida recomendado. Además, se deben revisar las cabezas del resto de los familiares más cercanos, lavar las sábanas y la ropa del niño con agua muy caliente y dejar los cepillos y peines en una solución de agua y vinagre durante varias horas.