La policía india mata a un peligroso bandido tamil tras 17 años de búsqueda

Tras casi dos décadas escondido en las selvas del sur de la India, el bandido tamil Koose Muniswamy Veerappan, un mito en todo el subcontinente, murió de la forma violenta en que había vivido, en un enfrentamiento con la Policía. De imagen inconfundible por su piel cetrina, sus patillas y su largo bigote, Veerappan resultó muerto a tiros a las diez y media de la noche del martes (17.00 GMT) por un equipo especial de la Policía, en la jungla del Estado sureño indio de Tamil Nadu, cuando viajaba disfrazado a un hospital para ser operado, según las autoridades. K. Vijaykumar, jefe del equipo especial conjunto de las policías de Tamil Nadu y del Estado vecino de Karnataka, explicó que la Operación Capullo , que acabó con la muerte de Veerappan y los cuatro cómplices que le acompañaban, «fue una acción meticulosamente planeada y basada en información extraordinaria de los servicios secretos». Vijaykumar afirmó que la ambulancia que trasladaba al bandido al hospital era un vehículo policial camuflado, conducido por un agente, que, al llegar al pueblo de Parapatti, a unos 320 kilómetros de Madrás, capital del Estado, fue rodeado por un grupo de policías que exigieron a Veerappan y sus acompañantes que se entregaran. Según la versión policial, uno de sus cómplices abrió fuego contra los agentes, lo que provocó un tiroteo que duró unos 20 minutos y en el que resultaron muertos Veerappan y sus acompañantes, mientras que los policías no sufrieron bajas. Veerappan, cuya persecución ha sido la más larga de la historia de la Policía india, burló a las autoridades durante 17 años, en los que permaneció escondido en una densa selva de más de 6.000 kilómetros cuadrados entre los estados vecinos de Tamil Nadu y Karnataka. Durante estas casi dos décadas, las autoridades de ambos estados llevaron a cabo sin éxito numerosas operaciones conjuntas.