Diario de León

Gente de aquí | El «happening» del IV centenario

Un Quijote leonés para Gijón

El artista Amancio González esculpe en la explanada de la Delegación de la Junta la alegoría del Hidalgo dentro de una experiencia de la Fundación Vela Zanetti

La piedra se ha traido desde Sudáfrica por su dureza y su color

La piedra se ha traido desde Sudáfrica por su dureza y su color

Publicado por
Cristina Fanjul - león
León

Creado:

Actualizado:

«Y volviendo a contar lo que hizo el de la Triste Figura después que se vio solo, dice la historia que así como Don Quijote acabó de dar las tumbas o vueltas de medio abajo desnudo y de medio arriba vestido, y que vio que Sancho se había ido sin querer aguardar a ver más sandeces, se subió sobre una punta de una alta peña y allí se tornó a pensar lo que otras muchas veces había pensado sin haberse jamás resuelto en ello, y era que cuál sería mejor y le estaría más a cuento: imitar a Roldán en las locuras desaforadas que hizo, o Amadís en las malencónicas...». Así comienza el capítulo XXVI, el que ha utilizado Amancio para inspirar aliento a la escultura que esculpe desde la semana pasada en la explanada de la Delegación de la Junta. Don Quijote llega en este momento a uno de los picos de su locura y «halla desventuras entre riscos y entre breñas». El artista confiesa que fueron muchas y muy largas las noches en las que tuvo que luchar para acabar con a la imagen que todos tenemos del Quijote. «Quería llegar a la esencia del personaje y no representarle una vez más enjuto y balanceando su lanza», comenta. Tal vez por eso moldeará la piedra que ha hecho traer de Sudáfrica -y que él mismo ha pagado- como una gran torre negra sobre la que Don Quijote, como en Sierra Morena, nos contempla. «Quería que la imagen nos confundiera, que no supiéramos si somos nosotros quienes le miramos o es él quien medita acerca del espectador», asegura Amancio. El escultor sigue reflexionando y manifiesta que otra de las perspectivas desde la que construirá la alegoría será la capacidad de la vida de crecer en cualquier lugar y ante cualquier condición. Así, sobre lo alto de un mineral inerme aparece la vitalidad desbocada de un personaje propio del universo de Amancio, «como el musgo que crece entre las grietas y se sirve de ellas para hacerse camino», dice. El personaje se caracterizará porque se moldeará con una cara sin expresión, para que no se pueda particularizar, para que cada uno le de las características que más le convengan. Alrededor de 26 personas trabajan con Amancio en este proyecto, que como un «happening» trata de involucrar a toda la población. Sólo hay un pero: Según ha afirmado el propio Amancio, esta escultura quijotesca no se quedará en León. Una vez se haya desencofrado, la obra se trasladará al museo de Gijón Evaristo Valle. La ciudad pierde de este modo uno de los vigías que haría presente la necesidad de sacar adelante la propia libertad, haciendo realidad todo aquello que fluye en la imaginación, venciendo la represión aunque para ello haya que despojarse de ropajes y subirse a las peñas de Sierra Morena. Esta es la alegoría de Amancio que se llevarán los asturianos.

tracking