Diario de León

La jornada estaba dedicada a recaudar fondos para mejorar la atención a los ancianos

Menos de la mitad de los franceses trabajaron en el día de la solidaridad

La huelga del transporte facilitó que el país funcionara a ritmo de día festivo

La jornada tuvo como contrapunto varias manifestaciones en diferentes ciudades francesas

La jornada tuvo como contrapunto varias manifestaciones en diferentes ciudades francesas

Publicado por
Mª Esperanza Suárez - corresponsal | parís
León

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Entre la fiesta y la huelga, menos de la mitad de los franceses acudieron ayer al trabajo. El lunes de Pentecostés se convirtió en una jornada de protesta contra la decisión unilateral del Gobierno de Jean Pierre Raffarin de proclamar este día como el de la solidaridad con ancianos y minusválidos. Las múltiples convocatorias de huelga no tuvieron realmente la culpa de la casi paralización del país, que funcionó a ritmo de día festivo. Y así eligieron tomárselo el 30% de los trabajadores gracias a la ley que fija la jornada semanal en 35 horas. «Esto se parece al viernes del puente de la Ascensión», aseguraban los próximos al primer ministro, públicamente aliviado porque finalmente no se produjo el caos que se pronosticaba. El coste de la solidaridad En 30 ciudades el transporte público no funcionó en absoluto y en otras 60 lo hizo a medio gas. En París, la dirección de metro y autobús optó por ofrecer una bonificación de 100 euros a los conductores, con lo que consiguió romper la huelga. Los trenes funcionaron con horarios de festivo y en el aeropuerto de Orly se acumularon retrasos y anulaciones. Pero la mejor descripción de lo ocurrido la ofrecieron los colegios: un 22% de profesores en huelga... y menos de un 20% de alumnos en las aulas. En una escuela de los Vosgos sólo 10 de los 500 niños acudieron al centro. El objetivo de esta jornada de solidaridad era el de cubrir las carencias de la asistencia pública en la atención a la tercera edad, que quedaron trágicamente de manifiesto en la canícula del 2003, que costó la vida a 15.000 personas. La Caja Nacional de Solidaridad debería recaudar dos mil millones de euros gracias a las cotizaciones de este festivo trabajado. Pero los franceses han decidido que la solidaridad empieza por uno mismo. La secretaria de Estado para los minusválidos Anne Montchamp tuvo que admitir ayer que sus compatriotas «quieren poder elegir su tiempo libre y su tiempo de trabajo» y que el Gobierno tendrá que replantearse la fecha para el año próximo. Ésta la eligió personalmente el primer ministro y desde su propio partido se proponen otras posibilidades como acortar las vacaciones de Todos los Santos. Desde el propio Gobierno se reconoce además que la recaudación de ayer será insuficiente. Será necesario dos mil millones más. «Quieren poder elegir su tiempo libre y su tiempo de trabajo» ANNE NTCHAMP Secretaria de Estado para los minusválidos

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