«Hoy tomaré la decisión final»

Queridos amigos y lectores, la situación es mucho peor de lo que cabía esperar. El tiempo no mejora, especialmente el viento, y la previsión para los próximos días no da ningún motivo para la esperanza. Aún así, seguiré esperando hasta el límite de mis fuerzas y mi paciencia. La fiebre de cima que se ha extendido por la vertiente norte -siguiendo la ruta de Rongbuk- se ha cobrado numerosas vidas (unas once, todavía sin confirmar) y sólo dos escaladores -el americano Michael Frank y la asturiana Rosa Maria Fernández- han alcanzado la cima con éxito. Por la vertiente sur, la nuestra, las posibilidades de cima siguen siendo e scasas. Todos los grupos que lo han intentado han tenido problemas graves, algunos miembros han vuelto al campo base con principio de congelaciones en las manos. Por mi parte, me he dado de plazo hasta el día 25 (hoy miércoles). En función de las previsiones para los próximos seis días, tomaré la decisión final: o cumbre o retirada. En el campo IV, a 8.000 metros, el último antes de la cima, tengo una tienda, las botellas de oxígeno, la máscara de oxígeno, seis cartuchos de gas, el infernillo, la comida, una manopla y un botiquín de altura. El resto del material lo tengo en el campo III y en el campo II, excepto el saco, que me lo llevo conmigo porque es el único que tengo. Hasta el campo tres hay huella, pero del campo IV a cima como el tiempo está tan malo todavía nadie ha puesto cuerda ni se ha abierto la ruta. O sea, que aunque se produzca la ventana de buen tiempo la subida a cima va a ser un suplicio, con la nieve hasta la cintura. Las expediciones comerciales todavía se plantean una hipotética ventana para mediados de junio, por lo que tienen previsto solicitar al Gobierno nepalí que prorrogue la estancia de las brigadas de mantenimiento de la cascada de hielo del Khumbu más allá del dos de junio. Pero la inminente llegada del monzón supone un peligro añadido que pocos tienen previsto asumir. Mientras tanto, pasan los días y las horas en el campo base, donde la situación comienza a tomar tintes de drama psicológico. Todo el mundo empieza a desesperarse y las discusiones son constantes. Además siguen produciéndose abandonos masivos en algunas expediciones. Me llegan noticias de que el escalador portugués Joao García podría haber alcanzado la cima del Lhotse (8.516 metros) en solitario. Aunque por ahora no ha aportado ninguna prueba que acredite su proeza ante el mundo y, sobre todo, que se la pueda certificar Miss Elizabeth Hawley, Miss Himalayan Database. Esto es todo lo que puedo contar por ahora. Con la mirada puesta sobre la cresta del Nuptse y el Lhotse, donde la jet stream empieza a azotar duramente, me despido de todos vosotros a la espera que en una próxima comunicación tenga mejor noticias que daros, a vosotros lectores y a mis patrocinadores. Sin ellos me sería imposible acometer esta noble y ambiciosa empresa en solitario. Escalar el Everest, aunque se haya convertido para algunos en un negocio, para otros-entre los que me incluyo- sigue conservando el espíritu alpino de todos aquellos que a lo largo de ochenta años han forjado con su ejemplo la noble y bella historia del Himalaya. Y por todo ello, hoy quisiera dedicar esta crónica a todos vosotros: lectores, amigos, familiares y patrocinadores.