Diario de León

Los parques naturales de Castilla y León suponen un patrimonio natural de gran valor

Siete destinos para perderse y poder disfrutar de la naturaleza Belleza simple y primitiva

El viajero podrá disfrutar de cañones fluviales, espesos bosques o sombríos y extensos valles

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Miguel J. Tré - león
León

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Castilla y León cuenta con uno de los patrimonios naturales más ricos y variados del continente. Hábitats mediterráneos, estepas, impresionantes cañones fluviales, bosques, valles y lagunas glaciares conforman un mosaico de ecosistemas naturales, muchos de ellos ya desaparecidos en otras zonas de España y de la UE. En la actualidad, cerca de 200 espacios (2,5 millones de hectáreas) forman parte de la Red Natura 2000, lo que representa el 25,8% de la superficie regional. En ellos se incluyen 70 ZEPA, en las que se han catalogado 90 especies en peligro de extinción, la mitad de las existentes en Europa. Casi cuarenta enclaves, que ocupan más de 500.000 hectáreas, se incluyen en la Red de Espacios Naturales de Castilla y León, entre los que destacan siete parques naturales en los que poder contemplar y conocer la naturaleza disfrutando también del arte, la gastronomía o las tradiciones de sus gentes. Se trata de las Hoces del río Duratón y del río Riaza (Segovia), Fuente Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina (Palencia), Los Arribes del Duero (Zamora-Salamanca), Las Batuecas-Sierra de Francia (Salamanca), el Cañón del río Lobos (Soria-Burgos) y el Lago de Sanabria (Zamora). Además, es posible alojarse en las casas rurales presentes en muchos pueblos, que ofrecen al visitante en muchas ocasiones, rutas cicloturísticas, de montaña, a caballo, senderismo o salidas para conocer la flora y fauna del entorno. La erosión del río El Parque Natural de las Hoces del Duratón abarca el tramo de río entre Sepúlveda y la presa del embalse de Burgomillodo, en el noroeste de Segovia. En los 25 kilómetros de longitud, el río ha excavado las rocas calizas encajándose entre profundas paredes, de más de 70 metros de altura en algunos puntos que ofrecen al visitante un paisaje maravilloso en el que tienen cabida, tanto las rapaces rupícolas como las forestales, habitantes de los extensos pinares al suroeste del parque. En los cortados del río se encuentra una de las mayores colonias de cría de Europa de buitre leonado, con más de 200 parejas. Además, el Parque es rico en manifestaciones culturales ofreciendo a lo largo de su recorrido una serie de cuevas con pinturas rupestres de la Edad de Bronce, puentes y calzadas romanas, pequeños santuarios visigóticos o ermitas románicas como la de San Frutos o las ruinas del convento de Nuestra Señora de la Hoz. El Parque Natural de las Hoces del río Riaza, al noreste de Segovia, ha sido el último en ser declarado bajo esta figura de protección. Desde la presa de Linares del Arroyo hasta las proximidades de Montejo de la Vega, el río Riaza ha excavado un valle de vertientes verticales con escarpes labrados sobre calizas cuya profundidad oscila en torno a los 150 metros y cuya máxima anchura no supera los 300. Cañones y hoces flanquean el río a lo largo de una decena de kilómetros y en sus paredes se albergan cuevas de interés espeleológico. La avifauna es su principal valor destacando la importante colonia de buitre leonado (más de 200 parejas), además de abundantes poblaciones de alimoche, halcón peregrino, águila real y búho real. El recorrido debe iniciarse en la presa del embalse siguiendo un camino paralelo al río que discurre junto a una espesa arboleda. Tras pasar bajo el puente del ferrocarril el camino se interna en un bosque de encinas. Aquí aparecen los mayores cantiles y farallones rocosos, con una amplia gama de tonos ocres y rojos. En un ensanchamiento se encuentran los restos del convento románico del Casuar mientras decenas de buitres leonados sobrevuelan el espectacular paisaje. En el extremo norte de la provincia de Palencia se alza una cadena montañosa, agreste y poco conocida, a la que bautiza el Carrión con su nombre y su agua y que ofrece al viajero un sin fin de actividades (ruta de los pantanos, montañismo, senderismo). Se trata del Parque Natural Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina, caracterizado por sus sombríos y extensos valles, la pureza del agua de sus ríos y arroyos, una vegetación definida por la presencia de hayas, robles, encinas, rebollos y sabinas, y una abundante y variada fauna de montaña entre la que destacan por su delicada situación dos especies protegidas: oso y urogallo. Además, merece especial referencia el patrimonio histórico-artístico del románico. En el norte y noroeste del Parque Natural se disfruta de un paisaje montañés de belleza simple y primitiva que discurre entre cumbres pedregosas de más de 2.000 m. (Valdecebollas, Pico Murcia, Espigüete, Curavacas). Merece la pena ascender al Espigüete para contemplar el Curavacas, Peña Prieta, Picos de Europa y el embalse de Camporredondo. O subir al Curavacas desde Vidrieros, cuyo casco urbano se enclava en el último peldaño de la provincia palentina. Tiene su dificultad y debe practicarse en las épocas del año en que no haya nieve y por personas acostumbradas a caminar.

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