Unas molestias más frecuentes en mujeres que en hombres

Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento pasa primero por hacer desaparecer el dolor y actuar después sobre el origen del problema. En este caso, la base del tratamiento es reestablecer el equilibrio entre músculos, dientes y resto de articulaciones de la mandíbula mediante técnicas como la utilización de férulas, para evitar que el problema reaparezca pasado un tiempo. Las férulas son unos aparatos que se interponen entre los dientes con el objetivo de redirigir, disminuir o redistribuir la fuerza de las mandíbulas al cerrar la boca, y evitar que la presión al cerrar la boca - de forma consciente o inconsciente- sea mayor de la correcta. Este tratamiento se complementa con otros como la fisioterapia y la rehabilitación con el objetivo de reeducar la musculatura, aliviar el dolor y mejorar la apertura bucal. Para ello se emplean técnicas de electroterapia y masoterapia (masajes y técnicas de estiramiento muscular). Los especialistas señalan que el dolor orofacial afecta a tres mujeres por cada hombre. Algunos médicos explican que esta circunstancia tiene que ver con que los músculos orofaciales de las mujeres son más débiles y los ligamentos tienen menos fuerza.