Diario de León

Implantes biónicos a hemipléjicos abren una nueva puerta a la esperanza para estos enfermos

Los miembros paralizados pueden volver a recuperar su movilidad En fase de prueba durante varios meses

Sofisticados microestimuladores permiten recobrar un movimiento cada vez más fino y gradual

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B. Bell - león
León

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Una paciente inglesa que había sufrido un ictus o derrame cerebral ha recibido uno de los primeros «implantes biónicos» del mundo, que produce movimientos funcionales del brazo y la mano mediante estimulación eléctrica. Es la primera vez que se consigue en el Reino Unido que un paciente con una hemiplejia pueda mover coordinadamente el brazo y la mano. La operación realizada el pasado 13 de mayo, pero de la que no se ha informado hasta ahora, fue la última fase de un estudio experimental llevado a cabo por la universidad inglesa de Southampton, en colaboración con la Alfred Mann Foundation (AMF), una organización norteamericana sin fines de lucro dedicada a la investigación clínica. El estudio trata de la posibilidad de utilizar estímulos de radiofrecuencia (RF) para mejorar la recuperación motriz del brazo y de la mano en enfermos que han sufrido un ictus. La operación consistió en implantar en el brazo de la paciente unos microestimuladores de RF fabricados por AMF, que actúan como «neuronas biónicas» que imitan las señales eléctricas que envía el cerebro cuando hacemos un esfuerzo para mover los músculos. Este sistema pionero genera un estímulo eléctrico que controla y a la vez reeduca los músculos afectados por la hemiplejia que sigue a un ictus, produciendo movimientos funcionales del brazo y la mano. A finales de abril se implantaron a la paciente cinco microestimuladores cerca de los nervios que controlan los músculos del brazo. La operación, con anestesia local, se llevó a cabo en el Hospital General de Southampton. El 13 de mayo se le instaló una pulsera que envía señales eléctricas a los microestimuladores y se programó el sistema con patrones funcionales de los movimientos de la mano y el brazo.La paciente es una mujer de 46 años que sufrió un ictus cerebral hace nueve años y otro hace tres años. Ambos afectaron al movimiento del lado izquierdo, pero no le impedían andar. Aficionada al balón-volea estaba deseando volver a jugar, pero para eso necesitaba ambas manos. Microestimuladores Los microestimuladores son unos cilindros de 1,7 centímetros de largo y 2,4 milímetros de diámetro. Se introducen mediante una pequeña incisión cerca del punto de unión del músculo con el nervio, en una operación sencilla y sin riesgo. Una vez implantados, reciben los estímulos de radiofrecuencia desde una bobina instalada en una pulsera que el paciente lleva en el brazo y que va conectada a una unidad de control. Se puede activar por separado los músculos superficiales y los profundos, lo que facilita el control selectivo del movimiento y resulta especialmente útil para mover al antebrazo y la mano, pues permite doblar y desdoblar el codo y abrir la mano. Aunque desconecte los estimuladores implantados en el índice y el pulgar, la paciente tiene fuerza residual suficiente para flexionar ambos dedos y asir un objeto, aprovechando al mismo tiempo la estimulación que reciben los extensores de la mano en la muñeca para girarla y colocarla en la posición adecuada. La directora del proyecto es la doctora Jane Burridge, catedrática de Neurorrehabilitación en la facultad de profesiones sanitarias y ciencias de rehabilitación en la universidad de Southampton. Esta universidad del sur de Inglaterra es un centro de excelencia en el estudio de las afecciones del movimiento y cuenta con un equipo multidisciplinar de médicos, terapeutas, neurólogos e ingenieros que han participado en el proyecto. Tal y como indica la doctora Burridge, entre el 30 y el 66 por 100 de los pacientes que han sufrido un ictus tienen dificultades para recuperar la función de los brazos. Hay muchas soluciones terapéuticas a este problema, aunque con distinta eficacia. Sin embargo, los sistemas de estimulación electrónica tampoco estaban muy bien vistos, sobre todo porque al ser superficiales, era difícil colocar los electrodos en el lugar apropiado para lograr el movimiento y, en el caso de los implantes, era necesaria una operación quirúrgica. Este nuevo estudio pretende resolver ambos problemas. Es un implante, lo que significa que no hay que instalar electrodos en la pie l. Y al activar músculos concretos, permite un movimiento más funcional, más natural. El microestimulador se puede dejar implantado aunque ya no se necesite y todo el sistema está diseñado para facilitar la recuperación apoyando los movimientos voluntarios, en vez de sustituirlos. Además es menos invasivo que los anteriores implantes y los electrodos pueden implantar en varios músculos y facilitar un movimiento más fino y gradual, esencial para el manejo del brazo y de la mano. En el estudio van a tomar parte seis pacientes de más de 18 años, que hayan sufrido un ictus por lo menos tres meses antes de su participación y que les haya dejado secuelas como falta de control del brazo y la mano. Además deben presentar alguna actividad en los músculos y nervios flexores de los dedos para poder realizar movimientos de agarre; poder doblar el codo lo suficiente como para poderse llevar la mano a la boca y no haber perdido el control del hombro, para poder mover el brazo. En la siguiente fase, el paciente podrá variar la cantidad de tiempo de estimulación de los músculos y podrá usar el sistema en su casa. Se estudiarán los resultados durante varios meses con innumerables mediciones de los movimientos, la fuerza que produce la estimulación, el efecto de la actividad sobre los músculos y la capacidad de controlar el movimiento, para determinar si el uso del sistema mejora el funcionamiento del brazo y la mano. Después de esta fase de prueba, si el sistema funciona y se demuestra su capacidad para mejorar el movimiento funcional del brazo y de la mano, se prepararán y llevarán a cabo las pruebas clínicas.

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