A más tocamos

DICEN los que tienen experiencia en cálculo que la romería de San Froilán en la Virgen del Camino, el pasado miércoles, pudo reunir una multitud de unas cincuenta mil personas. Muchas me parecen, pero doctores tienen las leyes del ojeo. Sea una cifra o sea otra, lo cierto es que las celebraciones de raigambre popular, asentadas en su totalidad en eventos de tipo religioso cristiano, están más que rozagantes. La sociedad del bienestar y las facilidades para las comunicaciones contribuyen a que así sea. Otra cosa, por la que uno se pregunta en su fuero interno, es si estas aglomeraciones suponen realmente un ejercicio serio de fe cristiana, expresada en la oración personal y en la participación -que es mucho más que estar de cuerpo presente- en las conmemoraciones litúrgicas. A que se pueda responder positivamente a esa cuestión ha querido contribuir la iniciativa de un Año Jubilar, que toca a su término, y quiere cooperar la consigna del recordado Papa Juan Pablo II que invitaba a emprender una nueva evangelización, sin que en ella se diera por supuesto que estamos ya evangelizados. Hay muchos signos que nos están indicando que, en esta cuestión, hemos de partir de cero. O, peor aún, de números negativos, por eso de que la fe cristiana suena entre nosotros a algo ya archisabido y que puede ser estimado como carente de novedad alguna que invite a la esperanza. Vela ahí. Y casi nada. Les decía que el Año Jubilar de la diócesis de León está tocando a su fin. Efectivamente. Ya saben que se clausurará el próximo día 16, domingo, a las cinco y media de la tarde. Será tres días antes de que se cumplan los 75 años de la coronación canónica de la Virgen. No habrá, como hubo entonces, representación de la Casa Real; la apretada agenda no lo permitía. ¡Qué se le va a hacer! A más tocaremos. Quien sí estará presidiendo la celebración será el Sr. Cardenal de Sevilla, D. Carlos Amigo, que es natural de Medina de Rioseco, y otros Obispos de las cercanías. Y muchos fieles devotos de la Virgen y de San Froilán, que se han tomado en serio la idea de aprovechar la gracia que supone la concesión de un Año Santo. Tres de los Obispos (los de Astorga, Zamora y Palencia) estarán los días anteriores (13, 14 y 14, jueves, viernes y sábado) presidiendo la celebración de un Triduo. Será en el Santuario, a las seis y media de la tarde. El Obispo de León, Don Julián, que sigue en Roma tomando arte y parte en el Sínodo de Obispos sobre la Eucaristía, vendrá expresamente para esos días finales y regresará de nuevo a la Ciudad Eterna, hasta la clausura del Sínodo el día 23. Apresúrense a beneficiarse de las indulgencias, que se acaba el tiempo oportuno. Que es un decir, porque la gracia de Dios no son capaces de agotarla ni los inquisidores de turno ni nuestras propias miserias morales. Vamos, que no tiene fin. Y ahora una lista de acontecimientos que son la salsa del forraje con que nos alimentamos diariamente en este peregrinaje de la fe. El pasado jueves coincidieron en su respectiva apertura oficial de curso los Seminarios de Astorga y León. Misa y acto académico fueron componentes obligados. En León la conferencia -que versó sobre la Eucaristía- fue pronunciada por el Vicerrector del Centro y profesor de Teología Espiritual, D. José Sánchez; en Astorga el ponente fue el P. Luis Mariano Angulo Hojas, Redentorista. Que Dios multiplique su gracia sobre los pocos seminaristas que tenemos y sobre quienes tienen la responsabilidad de formarlos. Y que se las ingenie para tocar los corazones de aquellos a los que Él quiere por el camino del sacerdocio. Ayer hubo farra en Santa María del Páramo hasta altas horas; el motivo no fue otro que el homenaje que la feligresía quiso rendir a quien ha sido su párroco durante estos últimos treinta años, D. Saturnino Rodríguez, que cumple en este año el cincuentenario de su sacerdocio. Misa y mesa compusieron el marco para hacerle llegar afectos y obsequios. A ver si con estas alegrías algún paramés se anima a meterse en el Seminario. Para garantizar el relevo, que, si no, lo vamos a tener muy crudo. Dentro de unos años -si es que no ya ahora- vendrán las lamentaciones. O, a lo peor, ni eso. Cincuenta años también, en este caso de existencia material, cumple en Ponferrada el Colegio del Espíritu Santo, regentado por las Misioneras Siervas del Espíritu Santo. Parabienes. Lo mismo que para Victoriano Crémer, al que han concedido, a sus 98 años, el Premio de Poesía Teresa de Ávila. Sus poemas no andan lejos de los caminos teresianos. Seguro.