Lazos que ni la nieve separa

Lleva tantos años suscrito a Diario de León como dedicado a su profesión. Fue en julio 1953 cuando Cipriano Rueda y Rueda se ordenó sacerdote y los primeros pueblos de dedicación pastoral fueron los de la montaña leonesa. Allí se pasó cinco años, entre Valverde de Curueño, Valdeteja, La Braña y Arintero. A ellos llegó con su vocación y con la suscripción a Diario de León debajo del brazo. Ayer, el decano de la prensa leonesa premió sus fidelidad, avalada por sus 53 años de suscripción y por el intenso conocimiento que tiene del periódico, con un viaje a Lanzarote para dos personas. El Diario de León conmemora este año su Centenario y por ello se dispone a premiar a sus suscriptores, una de las piedras angulares en las que se sustenta tan larga vida empresarial. Entre risas, Cipriano Rueda cuenta que ese primer año como sacerdote en Valverde de Curueño fue uno de los más fríos y que las nevadas eran tan intensas que tuvo que aprender a esquiar para poder desplazarse hasta Valdeteja para oficiar las misas. Tan fuerte nevó que, desde finales de diciembre hasta finales de enero, el cartero no pudo llegar hasta el pueblo para entregar la correspondencia. Una vez que la nieve desapareció llegaron las sorpresas. «El cartero se presentó en mi casa sudando, además de las cartas traía una saca llena con todos los periódicos que no pude recibir durante la nevada», comentó el sacerdote, que ahora es capellán de las monjas Agustinas Recoletas. Durante aquellas frías tardes de invierno se puso al día, ojeando los periódicos de la jornada y los pasados que no había podido recibir en fecha. Para este sacerdote de 77 años leer el Diario de León es todo un ritual. Se levanta a las 6.30 horas y después de la misa dedica una hora a «leer por encima» el periódico. Después de comer, mientras ve las noticias de la televisión, profundiza en el Diario de León. «Me encanta leer el periódico despacio, de punta a punta, y reflexionando mucho sobre lo que pone», señaló Cipriano Rueda, añadiendo que no deja breve ni columna de opinión por leer, «¡por eso ya dedico menos tiempo a estudiar teología!». Le encanta el estilo de Victoriano Crémer y de lunes a viernes no deja de analizar Crémer contra Crémer . Después, el fin de semana, la sección religiosa del periódico, El pulso y la Cruz , por Antonio Trobajo; también le interesa la opinión de José Ramón Flecha. A este ferviente sacerdote le impactan las noticias relacionadas con «el trato entre los hombres, como la violencia de género, y el hambre en el mundo». Su carácter religioso también le vincula con este área. De momento, no tiene decidido si irá a Lanzarote o si regalará los billetes, le da mucho miedo el avión y sólo ha viajado a Tierra Santa en este medio de transporte, «creí que me moría», recalcó Cipriano Rueda.