Diario de León

Del marrano a la iguana

Perros, gatos y pájaros encabezan aún el ránking de animales que los bañezanos ponen al amparo del santo abad, pero las mascotas exóticas ganan terreno cada año en la bendición

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Alberto Domingo - la bañeza
León

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Impasible, como si no pasara nada. Agarrada al abrigo de su dueño a la altura del hombro, la iguana no daba un solo indicio sobre los sentimientos que despertaba en ella el acto al que asistía: la bendición de los animales, que, con motivo de la fiesta de san Antonio Abad, se celebró ayer en la plaza de El salvador de La Bañeza. Perros y gatos miraban con extrañeza a don Conrado González, cura de la parroquia de El Salvador, que, ataviado con un alba y armado con un hisopo, les echaba la bendición: «¿Pero qué hace este tío?», parecían preguntarse las mascotas, cuando el presbítero les rociaba con agua bendita. Los pajarillos, en sus jaulas, mostraban nerviosismo, las tortugas y los peces pasaban de todo, pero no con el estoicismo de la iguana, mientras un cordero, en brazos de un niño, mostraba sus ojos de resignación y una pequeña, con su paloma en el regazo, parecía el remedio a todas las guerras. En la plaza de El Salvador, en el segundo día de víspera de San Antón, festividad que en La Bañeza se celebra desde hace más de trescientos años el lunes siguiente al 17 de enero -fecha oficial de la Iglesia para la honra del anacoreta-, se juntaron un buen número de representantes del reino animal, incluidos humanos, tal y como señaló en su pregón del santo, la responsable de la Oficina de Turismo de la ciudad, Elvira Beatriz Pardo Mozas, berciana de nacimiento y bañezana de buena parte de su vida. La evolución Pardo apuntó, además, la variación de las especies que se ponen bajo el patrocinio del santo con el paso de los tiempos: de las bestias que servían para las tareas agrícolas, se ha pasado a las mascotas más sofisticadas. La suerte de Narnia -cuyas crónicas no son una película, sino siete libros, que firmó el inglés Clive Staples Lewis- en que se había convertido La Bañeza se resolvió como todos los años, con la rifa de un cerdo de 16 a 18 arrobas de peso en las oficinas del Ayuntamiento. El número premiado fue el 18.121. Aunque en principio se desconoce la identidad del propietario de la papeleta, no es de esperar que tarde mucho en aparecer. La Cofradía de San Antón, organizadora del sorteo, también dio a conocer el nombre de los ganadores de su concurso literario: Sara Fernández Sastre y Pablo Fernández Pérez, ambos del colegio Carmelitas. Hoy, los hermanos de San Antón celebran su fiesta grande.

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