Castilla y León genera al año 15.000 toneladas de neumáticos usados

El decreto sobre gestión de Neumáticos Fuera de Uso (NFU), recientemente aprobado, desarrolla el Plan Nacional y culmina el proceso tendente a optimizar la gestión de los neumáticos usados (excepto los de bicicleta y aquellos cuyo diámetro exterior supere los 1.400 milímetros) estableciendo la responsabilidad de los productores y obligándoles a elaborar planes de fabricación que prolonguen su vida útil, faciliten su reutilización y el reciclado final de su uso. Los principales productores (Bridgestone, Continental, Goodyear-Dunlop, Michelin, Pirelli), por su parte, han apostado por el procedimiento de Sistema Integrado de Gestión (SIG) y han constituido una entidad sin ánimo de lucro denominada Signus Ecovalor, que tramita sus autorizaciones como SIG en las comunidades autónomas, para responsabilizarse de la correcta gestión ambiental de los neumáticos, una vez que éstos se convierten en residuos. En Castilla y León, la planta de Renecal, ubicada en la localidad palentina de Guardo y dedicada al reciclaje de neumáticos, ha sido la primera de España en llegar a un acuerdo con Signus para asegurar el correcto tratamiento de los NFU lo que supondrá que antes de que finalice el presente año reciba cerca de 15.000 toneladas de cubiertas, aproximadamente, las que se generan al año en Castilla y León. De esta forma, la empresa se asegura el abastecimiento de materia prima. Renecal, que lleva seis años funcionando, se creó con capital de la Compañía General de Carbones, al amparo de los Fondos Miner, como alternativa a las minas de carbón. Cuenta con una plantilla de unas veinte personas y su objetivo es poder llegar a tratar hasta 20.000 toneladas de neumáticos al año. Una vez separados mediante trituración o termólisis los restos aprovechables en la industria (caucho, fibras, partes metálicas), los residuos restantes pueden ser usados como aditivos de mezclas en asfaltos para carreteras, bandas de tráfico, pistas deportivas, pan tallas acústicas, losetas de goma, aislantes de vehículos, moquetas de interiores, cubrición de tejados o suelas de zapato. Poder calorífico En la actualidad Signus está negociando el mismo acuerdo con la planta RMD, situada en Ardoncino (León) que, de llegar a buen término, utilizaría los neumáticos usados como materia prima para su incineración y generación de energía eléctrica. Para ello, son necesarias instalaciones que minimicen las emisiones atmosféricas y las cenizas. En este sentido destaca un sistema desarrollado por investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela para utilizar como combustible trozos de neumáticos residuales. Se ha puesto en marcha en una cementera gallega y permite ahorrar por cada neumático hasta 12 kilos de carbón y 8 litros de petróleo, reduciendo de forma significativa la contaminación de la fábrica. Además, este tipo de combustible es mucho más barato que los tradicionales. El proceso consiste en la combustión de los materiales orgánicos del neumático a altas temperaturas, con la consiguiente consecución de calor que es utilizado como fuente de energía. No se debe olvidar el gran poder calorífico de los neumáticos, debido al alto contenido en compuestos hidrocarbonatos. Según los expertos, mientras que el poder calorífico del carbón es de 25 millones de julios, el de los neumáticos supera los 35. Por otro lado, desde el año 2003, el Plan Nacional de Neumáticos Fuera de Uso prohíbe eliminar los NFU mediante vertido o incine ración sin valorización energética.