Diario de León
Publicado por
CARLOS G. REIGOSA
León

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THE WALL STREET Journal es un gran periódico estadounidense de derechas, es decir, prorepublicano y favorable al actual inquilino de la Casa Blanca. Por eso ha resultado muy llamativo un reciente editorial en el que este diario, después de advertir a Bush de que le quedaba poco tiempo, hacía una afirmación no por enigmática menos contundente: «Si Bush se cree la mitad de lo que han dicho él o su Administración sobre Irán, tiene la obligación de hacer lo que sea necesario para pararlo». ¿Preocupante? Lo es. The Wall Street Journal representa la opinión de muchos estadounidenses que, paradójicamente, no están de acuerdo con las bravatas sin consecuencias del presidente. Por eso lo critican y le recuerdan lo poco que le queda al frente de la nación. Las críticas pueden ser difíciles de entender desde Europa, pero no lo son en Estados Unidos. La prensa conservadora acusa a Bush de amenazar a Irán sin la menor voluntad de detener su carrera nuclear, y sin evitar tampoco que el Gobierno de Teherán siga impulsando el asesinato de soldados americanos en Irak. Son acusaciones graves que buscan una reacción republicana. Porque, desde su perspectiva, Bush es el culpable de que el presidente iraní crea que todo el monte es orégano y que nadie detendrá su programa nuclear, y que, a la vez, podrá seguir atacando impunemente a Estados Unidos, ya sea directamente o a través de grupos afines. Por ello las palabras de The Wall Street Journal causan estremecimiento cuando le advierten a Bush que «tiene la obligación de hacer lo que sea para pararlo». Porque «lo que sea» incluye claramente la guerra. Es verdad que Bush lanzó muchas amenazas contra Teherán, pero, a la postre, optó por dejar en manos europeas la contención nuclear, sin cumplir siquiera la promesa de ilegalizar a la Guardia de la Revolución. Los americanos perciben ahora su propia debilidad, y ven que el presidente Ahmadineyad campa a sus anchas, sin que Estados Unidos haga nada. Por eso le recuerdan a George W. Bush su deber y el breve plazo de que dispone. Hasta la demócrata Hillary Clinton se ha dado cuenta y ha prometido continuar su presencia militar en Irak. Estados Unidos no está preparado para que se rían en sus narices.

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